EFE. Pekín Martes, 19 de agosto de 2008-17:17 (GMT+1) Comentarios (0)
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La selección de Estados Unidos vapuleó a Corea y con ello dio un paso más hacia la final de los Juegos, de la que sólo le separa un choque. La medalla de oro sería la cuarta consecutiva de Lisa Leslie, una marca sólo superada por la también estadounidense Teresa Edwards, ganadora de cuatro metales dorados y un bronce olímpicos.
Estados Unidos 104
Corea 60
Estadísticas del partido
Habían pasado cuatro años desde que estas selecciones se enfrentaron por última vez, en la primera ronda de Atenas, y allí también se pasearon las estadounidenses (80-57). Las campeonas asiáticas han pasado por distintas vicisitudes desde entonces y, desde luego, están lejos del momento que les permitió alzarse con el cuarto puesto en Sidney 2000, la mejor clasificación olímpica de su historia.
Al técnico coreano, Jung Duk Hwa, ya le parecía demasiado ambicioso antes de los Juegos que su equipo se clasificara para las semifinales. Sin embargo, ha sido capaz de eludir la eliminación y entrar en las eliminatorias como cuarto equipo del Grupo A, por delante de Brasil y Letonia.
Muchos problemas previos
A las coreanas les faltan dos jugadoras clave. La mejor base que ha defendido la camiseta asiática, Jeon Ju Won, se ha retirado del equipo nacional, mientras que la alero Lee Mi Sun es baja por una lesión de rodilla. Aun así, han accedido a los cuartos, pero en una posición que las condenaba a medirse con las actuales campeonas olímpicas.
La pívot Ha Eun Ju dio muestra del compromiso de las coreanas con su selección al rechazar una oferta de las Washington Mystics para jugar en la WNBA y poder acudir a Pekín.
Un triple de Park Jungeun situó al cuadro asiático en ventaja en los estertores del primer cuarto (18-19). En realidad, las americanas todavía calentaban motores. Corea se prodigaba en el arco (dos de seis). No podía ser de otro modo, puesto que son la selección que más triples ha lanzado en la ronda previa (37/117 -31,6 por ciento- en la primera fase).
Un rodillo
La formación americana hacía lo propio (también dos de seis), pero enseguida sacó el rodillo. Un parcial de 16-4 avisó de la ruptura de una eliminatoria (41-25 m. 15) que, finalizado el primer tiempo, había consumido cualquier interrogante respecto a la identidad del semifinalista (51-30) y que, tras el parcial de 10-2 que abrió el tercero (61-32), terminó de validar el billete de las norteamericanas hacia las inmediaciones del podio.