La muerte de Segundo Muniz
En esta pulpería años mas tarde, trabajaba dos de los diez hijos (primera mujer, Eufemia Canepa Gutiérrez) del Gral. Muniz, Alberto (20 años) y Segundo (14). En el año 1896, Antonio Florencio Saravia (hermano de Aparicio) recibió la orden de tomar contacto con Muniz en una pulpería que frecuentaba (Los Miradores), pero no acudió personalmente sino que mandó al Capitán Juan Sosa con gente armada.
Muniz no se encontraba en el negocio, pero sí estaban sus dos hijos, Alberto y Segundo. Al ver la fuerza de Sosa, los parroquianos le atribuyeron intenciones agresivas y cerraron las puertas. Este trató de hacerles conocer su propósito pero un disparo efectuado desde el interior del comercio lo mató. Sus hombres exigieron la entrega del autor, y ante la negativa de los defensores, atacaron la pulpería y la incendiaron. La llegada de una partida de hombres de Muniz, alertados por el humo, puso en fuga a los atacantes, pero Alberto estaba herido de consideración y Segundo, había muerto ahogado por el fuego y la humareda.
La persecucion de Justino Muniz a Florencio Saravia (Chiquito)
Justino Muniz los persiguió hasta la frontera con Brasil, donde se refugiaron. Se convirtió entonces en el más decidido enemigo de la revolución que gestaba el Partido Nacional y la combatió en primera línea, junto a las fuerzas del gobierno del Partido Colorado. Al estallar la Revolución de 1897 fue designado Comandante en Jefe del Ejército, y chocó con los Saravia en la batalla de Arbolito el 19 de marzo, donde después de horas de tiroteos con las bien parapetadas fuerzas blancas, desata personalmente la legendaria carga que terminó con la vida de Antonio Floricio Saravia (Chiquito) a solo 26 km. al NO. de “Los Miradores” 32°37’4.24″S 54°13’18.95″W
Aparicio y Justino no volvieron a enfrentarse hasta el 8 de julio en la batalla de Aceguá. La conducción militar de Muniz fue objeto de críticas desde sus propias filas (se le atribuyó indecisión y exceso de prudencia).