Al volante, esencia BMW
Bien, hecho este repaso general, llega el momento de ponerse al volante... y comienza la diversión. La marca no ha querido escatimar en este sentido y ha montado un motor eléctrico de 170 caballos, con un enorme para de 250 Nm que, como pasa con esta tecnología, esta disponible desde casi el primer metro (aunque luego termine decayendo). De modo que uno pisa el acelerador y vaya como empuja. No lo pudimos probar, pero las cifras oficiales de BMW lo dicen todo: de 0 a 100 en 7,2 segundos y 4,9 segundos en pasar de 80 a 120 km/h. La velocidad máxima es de 150, está limitada y no se necesita más.
Ayudan a ello que las pesadas baterías bajen el centro de gravedad o que el reparto de pesos sea del 50% entre ambos ejes al llevar toda el grupo propulsor sobre el posterior. La dirección también nos gustó y la suspensión, en general, aunque responda con dureza en algunos baches.
Y llega uno de los puntos más interesantes y controvertidos del coche: su sistema de recuperación de energía en deceleración. No decimos en frenada porque es tan contundente que prácticamente hace las funciones de aquella en la gran mayoría de las ocasiones.
Dice BMW que lo que busca es que el conductor solo use el pedal del acelerador, pisando o levantando, y no vaya al del freno salvo en una urgencia. Pero exige acostumbrarse y calcular bien: el sistema retiene tanto (se llegan a encender las luces traseras de freno) que es fácil quedarse a unos metros del semáforo o stop y tener que volver a dar gas.
Como prueba curiosa, bajando una rampa de un aparcamiento, el coche llegaba a quedarse parado casi por completo en una rampa de bajada sin tocar el freno, solo desacelerando.
Es así porque se busca maximizar la autonomía y se supone que el método será más efectivo que lo que se ahorraría permitiendo que el i3 circulase en «modo planeo» (es decir, sin gastar nada y aprovechando la inercia). En BMW dicen que es posible esto último, pero exige todavía más tacto.
El resultado final, sobre el papel, es una autonomía que oscila entre 130 y 160 kilómetros seleccionando el modo de conducción Comfort. Hay otros dos, el Eco Pro y el Eco Pro+ que añaden otros 20 kilómetros extras en cada caso. En el primero de ello, la respuesta del coche se vuelve más lenta. En el segundo, directamente se desconectan algunas funciones y se reduce la potencia máxima, dejando la velocidad tope en 90 km/h creando una resistencia en el pedal acelerador. Por supuesto, en un caso de urgencia, se pisa a fondo y tema resuelto.