HOT RODS.....FAMILIA MUNSTERS
Entre los años 1964 y 1966 la cadena norteamericana CBS sorprendió (y horrorizó) al mundo entero con su desopilante serie “The Munsters”.
Sus entrañables y extraños personajes, integrantes de una familia muy particular, hacían de las suyas sin la más mínima intención de asustar a nadie. Aunque no lo lograran.
Herman y Lili Munster (el matrimonio), Eddie y Marilyn (sus hijos) y el vampiresco Abuelo Conde, no podían evitar ser sapos de otro pozo para el resto de los mortales.
Y en algún punto… lo disfrutaban.
Como nosotros disfrutamos de la serie.
A esa magnífica galería de personajes, se agregaron dos impensados: el Koach y el Drag-U-La, los desopilantes automóviles que en nuestros días no son otra cosa más que valiosísimos objetos de culto.
Fabricados por el genial George Barris, creador de grandes vehículos de Hollywood, estos autos tomaron un protagonismo impensado en la serie.
Hasta puede decirse que fueron dos protagonistas más. A la par de los humanos.
El primero en ser construído fue el Koach, un increíble auto de 18 pies de largo, fabricado sobre la base de un viejo Ford T de 1923. Cada detalle del auto lo transformaron en un castillo embrujado rodante y era el marco perfecto para que los Munsters salieran a dar su paseo dominical. Con telas de araña, asientos de cuero muy kirsch y un imponente motor cromado y al descubierto, esta cruza entre un rabioso Hot Rod y un enorme Hot Wheels, costó la friolera de 20.000 dólares.
Barris también construyó para la serie el famoso Drag-U-La, un prototipo cuyo chasis soportaba una carrocería con forma de ataúd (un ataúd de verdad…) que culminaba con una cúpula transparente que hacía las veces de compacto e incómodo habitáculo para los paseos del Abuelo Conde.
Dos autos increíbles. Dos vehículos monstruosos que supieron deleitar a generaciones enteras y que creemos con justicia merecen ser conocidos por todos.
Estos dos Hot Rods únicos en su especie, inimitables e irrepetibles, aún siguen dando vueltas. Como Los Munsters… o como sus viejos e inmortales fantasmas