Que la innovadora fórmula del C4 Cactus, que así se llama el coche, se extienda más o menos rápido y hacia arriba o abajo en la marca dependerá de su éxito comercial, aseguran en Citroën, pero todo apunta a una pequeña gran revolución. Por cierto, tan francesa como española, porque el automóvil se monta en la factoría de PSA en Villaverde (Madrid).
El C4 Cactus está basado en la plataforma pequeña del grupo. No se ha recurrido a la modular EMP, estrenada sobre el C4 Picasso, porque se desaprovecharía al poder albergar motores mucho más grandes que los que llevará este nuevo modelo. De hecho, la velocidad máxima del coche se ha limitado a 190 km/h y para eso bastaba con la base pequeña.
Su longitud es de 4,16 metros, lo que supone 17 centímetros menos que el C4, con el que sí comparte batalla (2,60 metros) y, según Citroën, un espacio en las plazas traseras muy similar. La altura, a fin de mejorar la aerodinámica y bajar el centro de gravedad, es también la misma (1,48 metros), aunque el hueco libre al suelo gana dos centímetros que facilitan un eventual uso por pistas. Sin más, porque el coche no tendrá ninguna declinación con más aptitudes camperas.
El diseño general es sencillo pero efectivo, de formas poco complicadas que simplifican y abaratan la producción. Y de acuerdo al ideario de su desarrollo, que preconiza innovar pero sólo allí donde se necesita y el cliente lo aprecia, el protagonismo es para las protecciones plásticas que protegen especialmente la parte media de las puertas.
Son los llamados Airbump, ofrecidas por primera vez en un coche en el mundo y que consisten en unas pequeñas cápsulas plásticas llenas de aire que evitan pequeños daños y, por extensión, reparaciones. Vendrán de serie para todas las versiones y se podrán pedir en cuatro colores, que se combinan con los 10 para la carrocería y los tres 'universos' interiores. En el caso de las tradicionales molduras plásticas que recorren toda la parte inferior, siempre son de color negro.
Otros detalles que definen al coche, que podrá venir con llantas de 15 a 17 pulgadas, son las barras de techo (disponibles desde el acabado intermedio) o el enorme techo panorámico, construido con un cristal de elevada protección térmica (índice 4) lo que permite prescindir de la tradicional cortinilla y ahorra peso y masa suspendida, que ha sido uno de los aspectos claves del proyecto.
De hecho, con un valor mínimo de 965 kilos, este modelo es hasta 200 kilos más ligero que un C4 berlina. La mayor parte del ahorro (175 kilos) ha venido de la reducción de tamaño, pero también se usa aluminio en el capó delantero y en los pilares, así como aceros de alta resistencia en distintas partes de la carrocería.
Otras medidas adoptadas son más criticables. Por ejemplo, en las puertas traseras los cristales no bajan, sino que pivotan, lo que reduce otros 11 kilos y permite prescindir de mecanismos para accionarlo además de aprovechar para colocar más huecos en la propia puerta. Según la marca, esta estrategia también ayuda a conseguir un diseño más limpio ya que los cristales quedan perfectamente enrasados lateralmente. También se ha decidido apostar porque el respaldo posterior sea abatible pero en una sola pieza (otros seis kilos menos
En cambio, resulta mucho más ingenioso lo que se ha hecho con los limpiaparabrisas. En lugar de contar con un eyector para el líquido cuando queremos limpiar el cristal, aquel discurre por dentro del propio limpia. Resulta así menos molesto y se gasta hasta dos veces menos líquido, lo que minimiza el tamaño del depósito. Al invento lo han llamado Smart Wash.
No se acaban ahí las primicias. Otra ha sido desplazar el habitual airbag del pasajero al techo, por encima de la cabeza del viajero, de forma que se desplaza a lo largo del parabrisas cuando se abre. A cambio, deja libre una gran zona para almacenaje.
Nos centramos entonces en el habitáculo, donde se ha jugado a combinar el estilo retro con detalles tecnológicos como las dos pantallas digitales que presiden el salpicadero. Una, colocada delante del volante, reemplaza al cuadro de instrumentos y sirve para visualizar toda la información del coche.
Otra, en la parte central superior, es táctil de siete pulgadas y además de controlar una gran variedad de funciones (clima, navegación, telefonía, entretenimiento o sistemas de ayuda a la conducción) permite conectar una llave 3G que nos conecta a aplicaciones que trabajan en tiempo real y nos indican, por ejemplo, donde está la gasolinera más barata a la que podemos llegar con el combustible que nos queda. Aparte, está el sistema 'e-touch' que permite avisar rápidamente, incluso de forma automática, de una emergencia.
El uso de estas pantallas ha permitido eliminar un buen número de mandos, simplificando el diseño y liberando espacio. Y si el coche viene con cambio automático, nada de palancas: la transmisión se gestiona pulsando tres botones colocados en la parte baja del salpicadero.