Hace ahora justo un año, NanoFlowcell sorprendía a propios y extraños con el Quant-E, una berlina de espectacular diseño que escondía un sistema de propulsión único. No por la energía que usaba, la electricidad, sino por cómo y de donde la obtenía: mediante la transferencia de electrolitos entre dos soluciones de sales metálicas con cargas opuestas y por una membrana. De ahí que entonces se dijese exageradamente de este vehículo, mezcla de uno de pila de combustible y otro con baterías, que podría funcionar con agua de mar.Ç
Unos meses después, la compañía anunciaba la autorización de las autoridades alemanas para circular por la vía pública. Y ahora desvelan la evolución del modelo original, que será presentado en el Salón de Ginebra que se celebra a comienzos de marzo.
El nuevo vehículo -una berlina de 5,25 metros de largo y cuatro plazas con puertas tipo 'ala de gaviota'- ha sido bautizado como Quant F y es un otro paso adelante para conseguir la homologación definitiva que permita fabricarlo en serie. De hecho, el exterior del mismo es 100% compatible con los requisitos de homologación y en el interior, el porcentaje es del 90%. Asimismo, está previsto que pase las pruebas de choque en EEUU y Alemania, aunque Nunzio La Vecchia, responsable técnico de nanoFlowcell, asegure que "someter un coche tan fascinante como éste a un crash-test es algo que me parte".
El Quant F se presenta como un rediseño completo de su predecesor, no solo por el color rojo que le distingue sino por la mejora en la integración de los elementos que forman el tren de potencia y el aumento de las prestaciones. Por ejemplo, la compañía afirma que se alcanzan picos de potencia de hasta 1.090 caballos que, en combinación con un cambio automático de dos velocidades, permiten alcanzar una velocidad punta superior a los 300 kilómetros por hora. No osbtante, La Vecchia, destacaba que "no están interesados en hacer crecer las cifras de potencia, sino en conseguir lo que es técnicamente viable".
Así, una de las grandes ventajas es que al trabajar con fluidos iónicos, y que éstos no son tóxicos o inflamables, se puede aprovechar cualquier recoveco y cavidad del vehículo para aumentar la capacidad de los depósitos, que en este caso ascienden a 500 litros (250 en cada mitad) que sirven para elevar la autonomía de los 600 kilómetros del Quant-E a los 800 en su sucesor. Es decir, un 30% más.
Otros detalles técnicos se refieren a la construcción del chasis en fibra de carbono, o la tracción total que se consigue a base de cuatro motores eléctricos, uno por rueda. Por cierto, que cuando esta configuración puede no ser la mejor (aceleraciones o alta velocidad mantenida) el eje delantero se desconecta automáticamente. También en estas condiciones, en realidad siempre que se superen los 80 km/h, se activa el alerón posterior generando una fuerza de empuje negativo que mejora la tracción en las ruedas posteriores.
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