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Chincheta Autor Tema: La Creación.  (Leído 2513 veces)

19/06/2008, 21:09 -

La Creación.

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LA CREACIÓN


    El argumento más socorrido para la mayor parte de las personas que quieren demostrar la existencia de Dios es remitirse a la grandiosidad y supuesta perfección de la naturaleza. "¿Cómo se ha creado el universo...?. Alguien habrá tenido que hacerlo". Sí, ése es el simple argumento que convence a mucha gente de que tiene que haber un Dios todopoderoso.

    La mayor parte de los científicos del mundo están convencidos de que el universo es la consecuencia de una gran explosión conocida por todos con las palabras inglesas "big bang".

    Según la Ciencia, el universo se originó hace unos 18.000 millones de años, y se inició a partir de una especie de masa increíblemente densa y caliente. Esta masa, compuesta por una gran diversidad de partículas subatómicas, repentinamente comenzó a enfriarse y a ir perdiendo densidad, con lo que comenzó su expansión.

    La teoría del big bang está demostrada al haberse observado sin ningún género de dudas que todos los astros del universo, en la actualidad, se están separando entre sí, afectados aún por aquella gigantesca explosión.

    A raíz del big bang se fueron formando las galaxias, con sus estrellas y planetas, y de este modo se ha llegado al universo actual. Desde aquella gran explosión, el universo ha ido cambiando de un modo constante, y seguramente continuarán sus modificaciones hasta su destrucción o su difuminación en el espacio.

    Hay científicos que aseguran que la expansión del universo continuará indefinidamente, y hay otros que defienden la posibilidad de que la atracción gravitatoria que ejercen las galaxias entre sí pueda hacer que en un determinado momento cese la expansión y se inicie un retroceso que provocaría lo se ha dado en llamar "big crunch", es decir, la inversión del big bang, con lo que el universo se destruiría al contraerse violentamente sobre sí mismo.

    Para poner un ejemplo más gráfico sobre el big crunch vamos a suponer que la masa anterior al big bang sea un globo de goma hinchable cuando todavía no se le ha introducido aire. Eso sería el universo antes de la gran explosión.

    A continuación podemos empezar a soplar para ir llenándolo. Eso sería el big bang.

    Si hubiésemos podido situar en el interior del globo y suspendidas en el aire algunas pequeñas bolitas a unas determinadas distancias entre ellas, a medida que hubiésemos ido llenando el globo, éste hubiera aumentado su volumen, y las bolitas, lógicamente, se hubieran ido separando entre sí. Eso sería la expansión del universo.

    En caso de que el material del globo fuese más fuerte que la potencia del soplido, llegaría un momento en que no podría inflarse más, y al dejar de soplar y no cerrar la vía de entrada del aire, el globo se deshincharía rápidamente hasta volver a su estado inicial. Eso sería el big crunch.

    No sé si es más cierta la teoría de la eterna dispersión del universo o la del big crunch, lo que sí parece estar claro es que en la actualidad el universo está expansionándose como consecuencia de una gran explosión.

    Nadie sabe las dimensiones que pueda tener el universo porque carecemos de los medios técnicos necesarios para llegar a ese conocimiento. De todos modos, en el billón de billones de kilómetros que han podido observarse hasta este momento, se han descubierto por medio de los telescopios unos mil millones de galaxias.

    Perdida en algún recóndito lugar entre esos mil millones de galaxias está la nuestra: la Vía Láctea.

    La Vía Láctea, aun siendo bastante corriente, tiene un diámetro de unos 100.000 años luz, es decir, un rayo de luz viajando a 300.000 kilómetros por segundo, tardaría 100.000 años en recorrerla de parte a parte, y toda esa inmensidad de espacio contiene unos 10.000 millones de estrellas.

    Igualmente perdido entre esos 10.000 millones de estrellas también está nuestro Sol, un pequeño astro que es la figura central del sistema solar.

    Según diversos estudios, se cree que el sistema solar se creó hace unos 4.500 millones de años, es decir, unos 13.500 millones de años después de la gran explosión, o sea que cuando se formó el sistema solar, el universo ya llevaba muchos miles de millones de años expandiéndose.

    Por supuesto estos datos no son absolutamente precisos, pero ésas son las cifras relativamente aproximadas que barajan las únicas personas de este mundo que pueden atreverse a teorizar sobre el origen del universo, y esas personas no son otras que los científicos.

    Estoy totalmente convencido de que ningún filósofo podrá competir jamás con un científico cuando se trate de desentrañar los orígenes de la Creación.

    En la Biblia se habla de la Creación de un modo muy simplista, y curiosamente, su autor, en el Génesis (Capítulo 1 versículo 16), asegura que el Sol, la Luna y las estrellas fueron creadas en el cuarto día, o sea, que las cosas aparecieron por este orden: el planeta, la luz, la noche, los mares, las nubes, la tierra firme y las plantas, y a continuación fue creado el Sol la Luna y las estrellas. Posteriormente aparecieron el resto de las cosas.

    Por todos es sabido que cuando apareció La Tierra, las estrellas ya estaban enviando su brillo desde miles de millones de años antes.

    Creo que si Dios -o alguna persona inspirada por Dios- hubiera escrito esto no se hubiese equivocado tanto.

    Sin duda, los conocimientos y mentalidad de las gentes para las que fueron escritos estos versículos, eran muy limitados, y el autor debía adaptarse a la cultura de entonces, pero si realmente estaba inspirado por Dios debió haber puesto las cosas por su orden real, ya que eso no hubiera sido óbice para que también le hubieran entendido.

    Me da la sensación de que lo que pretendió el autor al escribir los primeros capítulos del Génesis, fue convencer de la existencia de un Dios creador basándose en sus limitados conocimientos. Más tarde, y a medida que ha evolucionado la cultura en el ser humano, las diversas iglesias basadas en la Biblia han ido realizando diferentes interpretaciones de estos escritos para adecuarlos a los conocimientos de las personas. Lo complicado de este asunto es que ha llegado un momento en que está siendo sumamente difícil seguir adaptando estos escritos porque la ciencia está desbaratando la mayor parte de los fundamentos religiosos y filosóficos en los que siempre se han basado las religiones.

    Las personas convencidas de la existencia de un Dios creador, cuando pretenden persuadir a los demás de la realidad de sus creencias, pueden llegar a aceptar las teorías científicas del big bang y de la expansión del universo, pero siempre acaban con la misma pregunta: "¿Quién creó esa primera materia que explosionó causando el big bang?".

    Estoy seguro de que la materia ha tenido su principio porque, como ha quedado claro en capítulos anteriores, sería imposible trasladarse hacia atrás hasta el infinito, pero lo que yo me pregunto es ¿qué relación puede tener ese principio de la materia con el concepto de Dios que tienen la mayor parte de las religiones?.

    Nos podemos preguntar cómo se creó el universo, como consecuencia de qué se creó el universo, incluso cuándo se creó el universo, lo que no parece muy lógico es preguntarse quién creó el universo.

    Es indudable que la soberbia habla por nosotros cuando pretendemos que la grandiosidad del universo ha sido creada por un ser que tiene nuestra imagen y semejanza, es decir, estamos asegurando que sólo alguien parecido a nosotros -aunque, por supuesto, más poderoso- ha podido hacer todas las cosas que existen.

    Es muy difícil conseguir llegar al conocimiento de cómo se inició todo porque tenemos demasiadas limitaciones. La primera de esas limitaciones está en la concepción tan elemental que tenemos del tiempo. Seguramente los 18.000 ó 20.000 millones de años que probablemente tenga de edad nuestro universo, nos parecerá una barbaridad de tiempo, pero eso sólo es debido a que no tenemos en cuenta que también el tiempo es relativo.

    La vida de una persona viene a durar unos ochenta años, y precisamente por eso 18.000 millones nos parecen muchos. Sin embargo, los cinco tiernos años de un niño, que para nosotros es una relativamente pequeña cantidad de tiempo, un protozoo los consideraría una eternidad.

    La segunda limitación es nuestra finitud. Nunca podremos entender lo infinito porque nuestra condición de finitos siempre nos impedirá asimilarlo.

    Toda la lógica para tratar de entender lo infinito la basamos en los pobres conceptos humanos de que las cosas nacen, crecen y mueren, y no somos capaces de aceptar otra posibilidad diferente.

    A lo máximo que hemos llegado ha sido a imaginarnos a un ser similar a nosotros que ha existido siempre y lo ha creado todo, pero no se suele aceptar el hecho de que no haya principio ni haya final en lo que habitualmente se denomina como Creación, porque nuestra finitud nos imposibilita para concebir tal eventualidad.

    En realidad no se sabe nada concreto sobre esa inmensidad de espacio que nos rodea, ya que los científicos, en el aspecto de la posible edad del universo y los motivos de su expansión, sólo están especulando, y, lógicamente, ni siquiera se atreven a teorizar cuando se trata de averiguar su extensión. Es decir, los científicos lo desconocen casi todo sobre el universo, y eso es así incluso sin olvidar que sólo estamos hablando de nuestro universo, porque es muy posible que este inmenso conjunto de galaxias solamente sea uno de tantos en otro espacio más inmenso aún y del cual forme parte como una unidad más.

    Cuando el ser humano trata de comprender lo incomprensible, acaba perdiéndose en la noción de lo infinito, ese concepto por naturaleza tan desconocido para nosotros... Pero como las personas no nos rendimos fácilmente ante la adversidad y necesitamos urgentes resultados lógicos, en seguida buscamos la solución más cómoda para resolver el problema, y esa solución la hallamos en Dios. Imaginando un dios ya no tendremos que seguir molestándonos en pensar.

    En realidad nadie sabe qué es, cómo es exactamente y cuánto mide el universo. Einstein se aventuró a decir que era finito y curvo, y es posible que esté en lo cierto, al fin y al cabo hay que reconocer que todo lo que conocemos del universo es finito y curvo, por consiguiente esperar otra cosa sería como salirse de la dirección común de todo, pero aun así se puede asegurar que absolutamente nadie sabe qué hay detrás de lo que no podemos ver.

    Hay personas que hacen como Einstein en este caso, es decir, siguen la trayectoria lógica basándose en lo que se conoce, y no se atreven a decir qué hay después. Y hay otras que cuando no ven más allá, rápidamente ponen un dios.

    Las iglesias basadas en la Biblia nunca han admitido la evolución de las especies porque eso desmontaría su historia. De todos modos, actualmente, las autoridades eclesiásticas están empezando a hacer curiosas interpretaciones de las Sagradas Escrituras con el fin de acercarlas a lo que para casi todos es evidente.

    No hace falta ser grandes observadores para darnos cuenta de que los seres vivos que existen en el mundo son la más clara muestra de lo que ha sido la evolución.

    Podemos centrarnos en los mamíferos por ser los animales más próximos a nosotros, y veremos que hay multitud de puntos en común que nos hacen auténticos "familiares".

    Todos los mamíferos tienen cabeza, tronco y cuatro extremidades. En la cabeza hay un par de ojos, boca, dientes, lengua, nariz, oídos... Dentro del tronco hay dos pulmones, un aparato digestivo bastante parecido en todos. Tenemos en común el corazón, el hígado, los intestinos, la sangre... Las extremidades están conformadas de un modo muy similar y nuestros esqueletos son bastante semejantes entre sí. Tampoco hay que olvidar que tenemos cerebro y un aparato reproductor con las mismas características fundamentales para todos.

    Las aves también se parecen mucho a los mamíferos, e incluso los peces tienen gran cantidad de cosas en común con nosotros: Ojos, boca, espina dorsal, aparato digestivo, sangre...

    Hasta en los insectos podemos ver semejanzas...

    Charles Darwin (1809-1882), en su obra más famosa, "El origen de las especies", demuestra fehacientemente las transformaciones evolutivas que han sufrido los seres vivos, de cuya evolución tampoco se escapa el hombre.

    Aceptando este proceso también en la raza humana, es imposible admitir lo que se escribe en el Génesis bíblico. Sin duda, ésta es una evidencia que ya ha sido muy discutida, pero conviene no olvidarla.

    Las religiones basadas en la Biblia afirman que fue escrita por inspiración divina, y durante muchos siglos se ha asegurado que lo que estaba plasmado en ella era la pura y literal verdad, es decir, se daba por hecho que las cosas se crearon por el mismo orden, en el mismo tiempo y del mismo modo que describe la narración.

    Posteriormente, y coincidiendo con el aumento de la cultura, por la Iglesia se han empezado a hacer las interpretaciones metafísicas necesarias de aquellos escritos para amoldarlos al conocimiento popular, y tratando a toda costa de mantener su divinidad. Tanto se ha cambiado el modo de comprender los primeros versículos de la Biblia que se han llegado a aceptar como un modo de entender la evolución.

    Por supuesto sería magnífico que existiese un Dios creador en quien depositar nuestras esperanzas futuras, pero para nuestra desgracia y sin lugar a ninguna duda, la evolución, la cultura y las nuevas tecnologías están desbaratando totalmente esa antiquísima y bella idea.

    Me da la sensación de que por mucho que los doctores de las distintas iglesias pretendan salvar su razón de vivir, parece ser que, desgraciadamente, la auténtica verdad cada vez se aleja más de lo que predican la mayor parte de las doctrinas.

    De todos modos, supongo que no debería preocuparnos en absoluto el más que posible hecho de que Dios sólo sea una bella idea dentro de nuestras mentes, al fin y al cabo -y mientras este planeta siga vivo- las personas seguiremos naciendo, viviendo y muriendo rodeadas de las consabidas alegrías y tristezas, cuya adecuada mezcla puede ser el mejor de los paraísos, y ese paraíso no es otro que la simple, y a la vez grandiosa, FELICIDAD.

    ¿Dios existe?.

    Seguramente sí, pero sólo lo encontraremos dentro de nosotros mismos cuando seamos capaces de dar con la difícil y volátil fórmula que nos conduzca a eso que todos buscamos y que no es otra cosa que ser, sencilla y llanamente, felices.
19/06/2008, 22:47 -

Re: La Creación.

#1
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bueno,bueno...bueno,amigo duke,si vemos todo desde el punto de vista materialista,apaga y vamonos,lo que creemos y pensamos desde este lado,no significa casi nada,nada de nada.

somos energia o espiritu,alma llamalo como quieras,este cuerpo fisico en el cual habitamos
es un paso cirscuntancial es el aprendizaje,para seguir avanzando y poco a poco integrarnos
en el todo.

este plano en el que estamos,es una antesala de lo que de verdad somos,no juguemos a ser DIOS.

a mi los cientificos,religiosos de pacotilla,no me dicen nada,yo voy mas alla,que es lo que verdaderamente somos,este plano es uno mas para poder evolucionar e integrarnos con dios,nuestro padre y creador.

cuando este planeta pase el umbral,verdaderamente sabremos quienes somos y lo mas importante es saber
a donde vamos.

saludos y espero entendais lo que explico, pienso que somos el punto y la coma en un texto que ya esta
escrito,solo hay que saber interpretarlo.

saludos.
« Última modificación: 20/06/2008, 22:11 por ganimedes »
20/06/2008, 02:05 -

Re: La Creación.

#2
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Tienes raón en toda esa teoria de la evolución, y quiero decirte que las creencias de la fé cristiana
no estan peleadas con la ciencia, sino al contrario, van de la mano y la aceptan.
Yo lo que te quiero decir es que no pienso que encontremos a Dios dentro de nosotros al ser felices.
La felicidad la concebimos deacuerdo a nuestra manera de vivir y es lo que sentimos cuando podemos decir que tenemos una vida plena.
Las personas pueden ser felices teniendo poder, riquezas, éxito,sabiduría, e.t.c. todo lo que ellas consideren que les de la felicidad, eso va deacuerdo a las posibilidades de cada persona.
Pero también hay gente mala y negativa, que su felicidad la obtiene matando, lastimando, hiriendo, robando, engañando e.t.c. es su modo de ser felices.  Y ellos tendran a Dios en su corazón, o lo conoceran?   yo me pregunto
Lo que realmente necesitamos dentro de nuestras vidas o de nuestras almas, para conocer y sentir a Dios es tener AMOR, hacia nuestros semejantes y hacia uno mismo eso es lo que él representa.
Por eso una vez  alguien dijo " Ama y has lo que quieras "

Esta es mi manera de ver las cosas  pero sobretodo las expongo  con todo mi respeto para duke
                              saludos

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