Prohibición a Ferrari y Red Bull

Michael Schumacher lió una buena en Albert Park. Se quejó de que Alonso y Hamilton no le vieron por los retrovisores y arruinaron sus vueltas buenas de Q2 y Q3. Es cierto que hubo más casos, pero el alemán fue quien más alto habló y se quejó ante el jefe de comisarios de la FIA, Charlie Whiting. El presidente de la FIA, Jean Todt, no ha tardado en hacer caso a sus quejas y, desde China, quedan prohibidos los retrovisores sobre los pontones que, de entre los grandes, llevan Ferrari y Red Bull pero, curiosamente, no lleva Mercedes por su escasa visibilidad.

Hubo otros pilotos que afirman que no vieron bien lo que sucedía a su espalda. Como De la Rosa: "Todos tuvimos problemas con los espejos. Los retrovisores sobre los pontones permiten muy poca visión de lo que ocurre detrás, y las vibraciones lo complican aún más. El problema es que, si no hay mucha información por radio, entonces es posible que le arruines la carrera a alguien que viene más rápido. Para quitarlos hay que tener en cuenta también que dan una ventaja aerodinámica".

No es el caso de Felipe Massa: "Por mi parte, no tengo ningún problema. Yo veo perfectamente. No veo necesario cambiarlos, preferiría seguir así. Tampoco creo que perdamos nada por pasarlos de un lugar a otro".

La posición de los retrovisores se trata de otro elemento más para la lista de cambios obligados, a unir al alerón mágico y al agujero de arranque en los difusores. Esta apreciación de la FIA se une a su pasividad con el control de altura del Red Bull.