Sport.- Toda la verdad sobre la destitución de Schuster
Se ha dicho por activa y por pasiva que a Bernd Schuster le han puesto de patitas en la calle por sus desplantes continuos con la prensa, por sus resultados adversos y, sobre todo, por su actitud derrotista ante la visita de su Madrid al Camp Nou, tras asegurar que “era imposible ganar al Barça. Están que se sale y es su año”, pero la verdad es otra bien distinta.
La decisión de ‘cortar la cabeza’ al técnico alemán estaba tomada desde hace tres semanas, justo después de la derrota del Real Madrid en Valladolid (15 de noviembre) y fue bendecida por varios jugadores de peso tras la derrota frente al Getafe. Los capitanes, al parecer, mantuvieron una comida para tomar la determinación de hacer saber al club que habían dejado de creer en su entrenador y que hacía falta un revulsivo. Es más, me han confirmado que hasta dieron el visto bueno a la llegada de Juande Ramos.
La realidad, es que Schuster no tenía el apoyo del vestuario, por mucho que la plantilla blanca tratara de confundir a la opinión o diera a entender que daban la vida por su entrenador. Si se entregaron en cuerpo y alma para intentar superar el 1-3 que le había endosado el Sevilla (7 de diciembre) en el minuto 38 fue para salvar su prestigio y no la cabeza del entrenador.
Es notorio que desde hace tiempo no existía el más mínimo feelin entre Bernd y los jugadores. En la plantilla sentó muy mal que el Schuster desapareciera en el descanso del encuentro de vuelta frente al Irún, club que les echó de la Copa del Rey, o que no tuviera comunicación con ellos ni en los entrenamientos ni después de los partidos. Si a Schuster no se le rescindió su contrato antes, fue para que en la Asamblea del pasado domingo no hubiera más motivos para poner entre la espada y la pared a Ramón Calderón. La decisión de fichar a Juande Ramos ya estaba prevista hace una semana, fecha en la que, al parecer, ya hablaron con su representante.