"Me gusta que mi juego excite a los aficionados"Era recibir un balón el pasado domingo ante Osasuna, en su debut como titular en Cornellà-El Prat, y aumentar el murmullo de la grada. ¿Qué sintió?
Me gusta que exista esta excitación en la gente. Al ser un jugador de ataque es normal que mi juego pueda llamar la atención. Si tienes la posibilidad de hacer regates y te sales, la afición se viene arriba con estos detalles. Pero también puedes fallar tres veces y perder el balón, y el efecto sería el contrario.
En Anoeta, cuando le sustituyeron, la afición rival le aplaudió. ¿Le había pasado eso en alguna ocasión?
Me ocurrió en una ocasión con mi selección (Eslovaquia). Fue en un partido clasificatorio para el Mundial en Irlanda. En el tiempo añadido, el entrenador decidió sustituirme y la afición comenzó a aplaudir. Tenía un compañero de equipo en el banquillo rival, se acercó luego a mí y me dijo: 'Es la primera vez que aplauden así a un jugador del equipo contrario. Esto nunca había pasado'. En ese momento sentí una sensación especial, porque fue un detalle muy positivo.
Su juego mejora al mismo ritmo que su castellano. ¿Le beneficia un vestuario tan joven para integrarse más rápidamente?
Es bueno para mí que haya tanto jugador de mi edad. Pero un vestuario se basa en la mezcla entre juventud y experiencia, como sucede en el Espanyol. Quiero hacer una buena temporada aquí y todos los compañeros me están ayudando.
¿En el Espanyol se le pide defender más que en los otros clubes en los que ha estado?
En el Rangers, por ejemplo, no me exigían demasiado en este aspecto. Estaba más libre y me dedicaba sobre todo a atacar. Aquí hay más obligaciones. Tengo que subir y bajar, y creo que lo estoy haciendo bien en los últimos partidos. Espero seguir mejorando este aspecto y otros.
Cuando estuvo alrededor de un mes y medio sin participar, ¿hubo algún momento en el que pensó que había cometido un error viniendo aquí?
No. Estaba feliz y adaptándome. Pochettino habló conmigo y me expresó que necesitaba tiempo. Tenía que mejorar, defender más, aprender el idioma, entenderme con mis compañeros. Sabía que no iba a ser fácil y esperaba, poco a poco, tener más oportunidades.
Después de tres meses de perico, ¿qué impresión tiene del Espanyol?
Es un buen club. Muy profesional y de nivel. Fue una buena decisión venir aquí y espero seguir aportando cosas.
Más allá del Weiss jugador, está la persona. ¿Qué hace cuando no entrena?
Vivo en Teià y de vez en cuando bajo a Barcelona. Tengo dos perros y aprovecho el tiempo para pasear con ellos. Vivo solo. También me gusta ver películas con tranquilidad en mi casa.
¿Qué es lo que más le gusta de Barcelona?
Todo. No tengo un lugar en particular al que siempre vaya, pero suelo visitar la ciudad a menudo, siempre que puedo.
¿Y de la comida qué dice?
A mi me gusta mucho la mexicana, aunque como dentro de los límites que me marcan. Pero también me estoy acostumbrando a los hábitos españoles, como las tapas y las croquetas. Me adapto poco a poco.
Su abuelo, su padre y usted se llaman Vladimir y son (o fueron) jugadores de fútbol. ¿Su hijo seguirá la saga?
Es un poco pronto para hablar de eso, pero sí, se llamará Vladimir.
¿Será también futbolista?
Mi padre no me presionó para que jugase a fútbol. No le negaré que, el sueño de muchos padres es que su hijo juegue a fútbol. Yo he vivido siempre el ambiente de este deporte, pero nunca recibí presiones, incluso practiqué hockey sobre hielo.
¿Y se le daba bien?
Me levantaba a las 6:00 para entrenar hasta las 7:30. Luego iba al colegio y por la tarde entrenaba a fútbol. Pero llegó un momento en el que tuve que decidir entre uno de los dos deportes por incompatibilidad. Los entrenadores me dijeron que en los dos podía tener opciones de ser profesional. Escogí el fútbol.