"Este Sevilla me gusta y me ilusiona"Este año hay muchas alabanzas por la operación salida. Se alegrará más cuando hace un buen fichaje.
El trabajo de la dirección deportiva no se puede disgregar. Hay felicidad cuando se apuesta por un jugador y sale bien, y también cuando buscas soluciones a temas que están entroncados. Han sido 14 ó 15 salidas. De cara al público llama más la atención un buen fichaje que la salida de futbolistas.
Hablando de los que se han ido. ¿Asusta que Capel esté rindiendo tan bien?
Me da alegría. Fue una decisión consensuada. Ojalá le sigan saliendo las cosas y triunfe. Le tengo un cariño tremendo. Quiero que Capel esté al nivel que está y mucho más. Era el momento ideal.
¿Piensa ahora que pudo haber sacado algo más por él?
Para que lo vieran tenía que jugar y en los últimos años venía haciéndolo cada vez menos. Era un poco reacio a salir, pero le hice ver que era un campeonato que le iba a venir muy bien y sus condiciones podían brillar más. Los lunes repaso el rendimiento de todos, de los cedidos y los que no están cedidos, porque son trozos de nuestra historia. Me preocupo por Zoko, Roma, Bernardo, Jose Carlos
¿Y Koné?
No seríamos objetivos con su fichaje y su rendimiento si no hablamos de sus graves lesiones. Ahora la lesión le respeta y tiene minutos. Puede ser un buen escaparate.
Que le vaya bien a los jugadores que han estado en todos los debates, ¿le reafirma?
Cuando firmas a un jugador es una apuesta aunque sea el mejor del mundo. Me voy a ver a Wilshere a Londres en el Arsenal, que todos los que estamos aquí pensamos que es un gran jugador. Lo estoy viendo en un entorno, en una ciudad que conoce, un escenario donde debutó con 14 años, con unos compañeros, una afición Y tengo que extrapolar eso a mi club. No hay buenos o malos fichajes, sino buenos o malos rendimientos por diferentes circunstancias.
Las salidas forman parte del cambio de ciclo. ¿En qué punto está ahora el equipo?
Las transformaciones se hacen compitiendo y eso lo hace más complicado. El equipo este año me gusta y me ilusiona, pero no podemos pedir que nos den el tiempo necesario. Tenemos una plantilla más joven, ha recuperado el hambre. Estamos en la posición de salida para volver a pelear.
Es importante la estabilidad y el Sevilla no la ha encontrado con los entrenadores. ¿Por qué? ¿Marcelino puede cambiar esa dinámica?
Cuando renovamos a Antonio, después de ganar la Copa, fue porque conocía el club y pensábamos que podía sacarle partido a los jugadores. Luego vino Manzano. Decidimos que no continuara pero su trayectoria aquí no fue mala. A veces, en esta vorágine de mensajes que mandamos desde el club, impregnamos al entorno de un optimismo tan grande que nos oculta la valoración de cosas que antaño eran enormes. En los últimos tres años, que parece que son los tres más malos de la historia sevillista, exagerando un poco, hemos quedado terceros, cuartos y quintos y hemos ganado un título.
¿Y por qué pasa eso? No puede ser sólo por el mensaje institucional.
Nos hemos instalado en una elite y existe mucha exigencia. Cuando consigues lo que el Sevilla consiguió y de una forma tan rápida, no se digiere bien. Y eso te hace creerte en una posición todavía superior. Pero el germen de todo eso es la propia ambición de este club. Hemos pasado de, a ver si jugamos una final aunque la perdamos, a pasar a una final.
Y enfadarse en las semifinales como en Getafe. Todo depende de las circunstancias.
Cuando te instalas arriba, mantenerse es muy difícil y ya nadie se conforma. Yo soy el primero que no está satisfecho con lo ocurrido en los últimos años pero no puedo ir con un megáfono diciendo 'hay que ver lo malo que es Fulanito' porque Fulanito tiene que jugar el domingo. No creo que ningún empresario de cualquier sector vaya pregonando lo malo que es su producto.
¿Y los cambios no se podían haber hecho antes?
¿Cuándo? Esto no es tan fácil como tengo un televisor, no me gusta y me compro otro, y el mío se lo doy a mi primo. No puedes decir 'voy a colocar a Navas' por decir un nombre que no es el caso, y que no venga nadie. Entonces me dice Navas 'venga Monchi, juega tú'. Igual que la gente ve los defectos, los veo yo. Pero la diferencia es que somos los gestores y no podemos despreciar el valor de nuestra plantilla. Que a lo mejor se podía haber hecho antes, pues posiblemente, pero no se dieron las circunstancias.
Volviendo al entrenador, ¿qué les lleva a descartar a Manzano y qué impulso puede darle Marcelino al equipo?
A Manzano se le explicaron las razones de su no continuidad dentro de una reunión y ahí tiene que quedar. Fue muy profesional, se le agradeció su trabajo pero entendimos que teníamos que ir por otro camino. Es fundamental la ilusión y las ganas de trabajar que Marcelino nos transmitió desde el primer día. Ya dijo Kanouté que no hay una palabra mejor para definir a Del Nido que ambición. Eso significa capacidad de trabajo, dedicación, ilusión, y Marce refleja todo eso.
Pero lo cómodo hubiera sido renovar a Manzano. ¿El club fue valiente?
A veces eso de cómodo y valiente me aburre. Tomo las decisiones que son necesarias, no cómodas o valientes. Me chirrían esas expresiones. Era la decisión justa.
¿Y la salida de Álvarez?
¿De verdad creéis que, con lo mucho que se juega este club, donde todos somos más sevillistas que ejecutivos, tomamos decisiones por comodidad? Para mí, el peor día de mi vida es cuando pierde el Sevilla. Por muy incómodo que sea, traería al entrenador más raro si eso fuera lo mejor. Destituir a Antonio, que además en amigo, es una de las decisiones más duras que he tomado.
Bielsa era un candidato y después se pasó a Marcelino. ¿No puede parecer raro?
Hicimos, como siempre, un estudio de distintos entrenadores. Pusimos las valoraciones sobre la mesa y la mejor opción era Marcelino. Hablamos con Bielsa, y con otros, para saber qué podían aportarnos y creímos que quien sumaba más cosas era Marcelino. Yo me voy a Belo Horizonte a firmar a Fred, y me reúno con sus hermanos. Me vuelvo para Sevilla y firmamos a Kanouté. ¿Qué significa eso? Que buscamos a un jugador que pensábamos que era el mejor pero no se dieron las condiciones. Y al final el cambio fue mejor.
En este nuevo Sevilla, ¿Negredo es fundamental?
No es bueno centrar en una persona la base de un proyecto. En el pasado ¿quién ha sido la base? ¿Alves, Kanouté, Luis Fabiano, Navas? Álvaro es una pieza importante pero no exclusiva. La renovación nos asegura contar con él en el futuro.
¿Le da risa cuando dijeron 'Monchi ha vuelto' después de fichar a Rakitic y Medel?
Sí, claro que me río.
Pero, ¿lo entiende?
Cuando uno lleva 12 años en esto ya nada es nuevo. He pasado tanto que, que digan eso, o que Monchi sabe fichar sin dinero y no sabe hacerlo con dinero, o que salgo en una chirigota en vez de dedicarle tiempo al Sevilla.
Le queda un año de contrato.
Me queda menos. Nueve meses. A ver, todo viene de una entrevista y si la leéis, en mi respuesta pone 'risas' porque me preguntan si me veo eterno en esta posición y digo que me queda un año de contrato. Quien me conoce sabe que lo dije en ese tono. Si hay algo que no me preocupa es mi futuro.
¿No ha ido Del Nido a decirle si quiere renovar?
Aquí no hay reuniones, ya he hablado con el presidente tres veces esta mañana. El tema de la continuidad es lo mismo. Un día se para a pensar y dice 'es verdad, que Monchi termina. ¿Qué hacemos?', pero ni yo le he preguntado, ni él a mí.
¿Cree que seguirá?
¡Yo quiero seguir! Pero todavía, entre mis funciones, no tengo renovarme el contrato, ni negociar las cantidades ni firmármelo yo.
A ver si cumple su contrato y no se da cuenta y sigue trabajando...
¡No! (Risas). De verdad que no me preocupa. Fui yo quien propuso cambiar mi contrato. Era indefinido y cuando el presidente quiso mejorarlo, una de las condiciones que puse fue finiquitarlo en cinco años para que nadie tuviera la obligación de decir que, como mi contrato era indefinido, debía seguir. Comenté el tema de modo jocoso y después se ha malinterpretado.
¿Se ha planteado hacer lo mismo, pero en otro club?
Ya tuve esa tentación y me di cuenta que era difícil, por no decir imposible, trabajar fuera de este ámbito. Mi relación con el Sevilla es de amor y no quiero ser un novio coñazo. Cuando la novia, el Sevilla, me diga que no me necesita o yo considere que ya no aporto, daré un paso a la izquierda. De la misma forma que vine, que nadie se enteró porque llegué hace muchísimos años a una pensión que había en la Gran Plaza y nadie sabe cómo si yo no lo cuento, me iré. Abrir esa puerta -señala la puerta de su despacho-, todavía me ilusiona. Y mucho. El día que la abra y no tenga esa ilusión empezaré a pensar que se ha acabado.
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