solomoto.
Llegó, miró, ganó dos mangas y se volvió a casa. Julián Simón se impuso con contundencia a sus colegas del Mundial en un MX solidario organizado por Valentino Rossi en Italia.
Incluye fotos del MX Cavallara
Valentino Rossi y unos cuantos colegas del Mundial de Velocidad congregaron el pasado fin de semana a 8.000 personas en la pista de cross de Cavallara situada en Marche, muy cerca de Tavullia. El piloto italiano y los miembros del Cross Club Cavallara pudieron de esta forma hacer un buen regalo a la Asociación Italiana contra la Leucemia recaudando cerca de 100.000 euros. Los pilotos de velocidad se han divertido de lo lindo, a pesar de que se tomaron la carrera muy en serio.
Melandri y Dovizioso habían aprovechado el largo viaje hacia Australia y Malasia para hablar de la carrera de motocross. Ambos, dos expertos crosseros, eran conscientes de que el único que les podía arrebatarles la victoria era Julián Simón… tenían razón. Julián Simón, recordemos, seis veces campeón de España de minicross antes de pasarse a la velocidad,
dio todo un recital en Italia. Pilotó muy bien, fue exquisitamente preciso en los saltos, demostró saber encontrar la trayectoria más efi caz en tierra y dio una exhibición de cómo derrapar.
En Cavallara –una pista que alterna tramos lentos con rápidos, saltos largos con mesetas, curvas estrechas con otras de rápido ancho-… fue de lejos el piloto más eficaz, por delante de Dovizioso y Melandri. Simón les barrió a todos.
Dovizioso y Melandri eligieron una 250 4T, mientras que Simón, que no pudo elegir, puesto que Aprilia sólo puso a disposición la 450 4T, dominó la primera y segunda mangas con mano de hierro. Luego, con el micrófono en la mano, dijo: “Ha sido una bella jornada, me he divertido, pero ahora me tengo que ir porque tengo el vuelo hacia España”.
Sin Simón, Dovizioso pudo llevarse la tercera manga, por delante de Valentino y de Melandri. De hecho, a Rossi le salvó la campana, o mejor dicho la bandera de cuadros, puesto que Melandri se había caído en la primera vuelta.
En la última, sin embargo, había recuperado hasta la rueda de Valentino, que resistió como pudo durante el último giro cerrando todas las puertas.
Valentino, que había elegido la novísima YZ450F 2010, se mostraba menos fluido en las curvas y en los saltos, pero rápido en los tramos veloces como subidas y bajadas. Cayó en la primera manga, donde finalizó sexto, y logró terminar cuarto y segundo en las dos siguientes.
Entre los veteranos, destacaba el ilustre Kevin Schwantz, que se mantenía lejos de los puestos de cabeza. El que sí que se peleó con los de cabeza fue Simoncelli. Al final de la carrera decía: “¡Me he jugado la vida!”.
Esto da una idea de cómo fue su carrera, agitada y muy movida. Terminó sexto, séptimo y octavo, con una sexta posición en la clasificación final.
Entre las anécdotas de la carrera, hay que señalar que los pilotos de velocidad sufrieron de lo lindo en las mangas -de un cuarto de hora aproximadamente-, terminando la mayoría con los antebrazos entumecidos. Tanto, que después de la primera manga pidieron reducir el número de vueltas de siete a cinco. Y es que como habían sido ellos los autores del reglamento, fueron también libres para modificarlo sobre la marcha.
El tema sorprende porque la pista estaba lisa como un billar, puesto que los responsables del moto club habían preparado un trazado sin baches en una pista que un crossista no podría ni soñar.
En cualquier caso, los pilotos se divirtieron, fueron valientes y, sobre todo, hicieron que el público se lo pasase bien. Ahora sólo falta que el año que viene se repita la iniciativa y que se animen muchos otros pilotos de nivel internacional.
rossi
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simon
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