Para que Pau Gasol gane en los próximos 15 días su primer título de la NBA tendrá que jugar el mejor baloncesto de su vida porque Orlando y Dwight Supermán Howard están decididos a amargar las celebraciones que los aficionados angelinos, los apostadores de Las Vegas y el mismo presidente Barack Obama han comenzado ya.Los Lakers salen como favoritos porque nadie cree que los Magic puedan repetir el juego que han exhibido durante las eliminatorias con Filadelfia, Boston y Cleveland y porque muchos en la Liga dicen que Phil Jackson, el entrenador de los de la City of Angels, sabrá frenar a Howard dentro de la zona y a los pistoleros Hedo Turkoglu y Rashard Lewis desde fuera.
Bryant.Gasol será una pieza decisiva porque si es capaz de repetir sus 18,2 puntos de media y sus 11,3 rebotes por encuentro que ha logrado ante Houston y Denver será de gran ayuda para un Kobe Bryant que suele olvidarse en las finales de que tiene a otros cuatro compañeros en la pista. Bryant lleva una media en los playoffs de 29 puntos, con 5,3 rebotes, 4,9 asistencias, 1,7 robos y un promedio de acierto del 46,6% en sus tiros.El escolta sabe que para ganar a Orlando deberá confiar en Gasol y en Lamar Odom y ayudar cuando sea necesario a frenar a Howard, que ya ha advertido a los angelinos de que "cada partido dura 48 minutos y, al final, vamos a estar por encima".
Orlando vuelve tras 14 añosLa vuelta de Orlando a la final de la NBA cierra un ciclo que comenzó en 1996 cuando Shaquille O'Neal dio la espantada y abandonó el club. En este tiempo han tenido siete entrenadores y han elegido en nueve ocasiones en el Draft en las primeras posiciones. A Orlando le tocó la lotería en el año 2004 cuando con la primera plaza del sorteo de novatos eligió a Howard, un chico recién salido de la escuela que sin pasar por la universidad entró directamente a jugar entre los profesionales. O'Neal, que ganó tres campeonatos después de marcharse de Orlando a Los Ángeles, sigue prefiriendo a los californianos. "Voy con los de amarillo y púrpura", ha dicho el gran Shaq.