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Los bancos empiezan a perder el voraz apetito por la deuda pública que habían demostrado en los últimos meses. Así, el Sabadell ha anunciado hoy que ha vendido toda su cartera de bonos del Estado a 10 años para eliminar el riesgo de que suban los tipos de interés de estos activos, lo que reduce su precio con la pérdida correspondiente para el inversor. Si esta tendencia se generaliza en la banca, el Gobierno de Zapatero se va a encontrar con un serio problema para colocar las enormes emisiones de deuda que tiene que realizar para financiar el crecimiento exponencial del déficit público.
El banco que preside Josep Oliu ha vuelto a dar muestras de su capacidad para aprovechar los movimientos de los mercados, puesto que la venta de su cartera de deuda le ha reportado un beneficio de 40 millones de euros gracias a la fuerte subida de los precios de la deuda (caída de su rentabilidad) en los últimos meses. Esta plusvalía, unida a la de 23,3 millones de la venta de Antena 3, es la principal causa de que la entidad catalana haya publicado un beneficio mejor de lo esperado por los analistas (su beneficio neto cae un 38%, pero el recurrente crece el 4,6%), según el broker BPI.
Tomás Varela, director financiero del Sabadell, explica que "anticipamos una posible caída de los precios y por eso decidimos eliminar totalmente la exposición a bonos a 10 años, ni españoles ni de ningún otro país". Y añade que "la aportación al margen de esta operativa es inferior al 10%, lo que demuestra que no ha condicionado el margen, sino que entra dentro de nuestra política habitual de cobertura del riesgo de tipos". Asimismo, Varela niega que hayan utilizado la estrategia de carry trade tan popular en los últimos meses en la banca española.
El famoso carry trade consiste en tomar prestado dinero al 1% en el BCE (aprovechando la barra libre de liquidez) para invertirlo en deuda pública, que renta entre el 3,5% y el 4%, con lo que las entidades ganan la diferencia. Pero esta práctica tiene los días contados, por culpa principalmente de las subidas de tipos que acometerán los bancos centrales el próximo año.
Se acabaron los buenos tiempos
La facilidad con que se estaba colocando hasta ahora la deuda pública era la gran baza con que contaban los Gobiernos europeos en general y el español en particular para financiar sus déficit. Los principales compradores de bonos eran bancos y cajas de ahorros, con una cartera estimada de 1,1billones de dólares si en los países desarrollados. Sin embargo, según estimaciones de Barclays Capital, las compras masivas de deuda pública por parte de los bancos se reducirán drásticamente a partir del segundo trimestre del próximo año.
La operativa del Sabadell puede indicar un adelantamiento de esa fecha en el caso español, si otras entidades empiezan a seguir su ejemplo. Lo cual pone en cuestión la emisión de 211.000 millones de euros en deuda pública que contemplan los Presupuestos Generales del Estado de 2010, sin los cuales será imposible que el Ejecutivo financie su déficit (salvo que reduzca el gasto, algo a lo que se opone radicalmente, o que suba más los impuestos). Como mal menor, nadie duda ya de que el Tesoro tendrá que pagar tipos más altos para colocar sus bonos, lo que a su vez incrementará los gastos financieros -el servicio de la deuda- del Estado.
Precisamente, la avalancha de papel de los diferentes Gobiernos es una de las causas que explican las previsiones de caída de los precios de la deuda pública: si aumenta mucho la oferta, los precios bajan. Es cierto que este año ya hemos visto emisiones masivas que no han afectado a los precios, pero si la demanda de la banca baja, las rentabilidades tendrán que ser más altas. Por otro lado, el mercado piensa que la deflación actual no va a ir más lejos y que el próximo año veremos un repunte de la inflación en las principales economías -en España está por ver-, gracias a la recuperación de la actividad.