¿Cobro los 420 euros o hago 'trabajillos'?
Eleconomista.- ¿Que son pocas las solicitudes que se han registrado para pedir la ayuda de los 420 euros ? "Pues nos tenemos que alegrar, ya que significa que España tiene una red social amplia; que quien recibe el impacto de la crisis y pierde renta no se queda desprotegido totalmente". Estas fueron las palabras del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, hace unas semanas cuando se dio a conocer que muy pocos de los parados previstos se habían personado en las oficinas del Inem para tramitar la "subvención de protección por desempleo e inserción", como fue bautizada por el BOE. O lo que es lo mismo, la ayuda de 420 euros lanzada en agosto para parados que finalizaron su prestación a partir del día 1 de ese mes.
A día de hoy, y después de casi tres meses, algo más de 52.000 parados han solicitado esta ayuda frente a los 340.000 que prevé el Ministerio que están en situación de poder hacerlo, es decir, un 15% del total. ¿Por qué tan pocos? Las claves las han ido dando muchos a lo largo de estos meses insistiendo en la idea de que la obligación de seguir un itinerario de formación disuade a muchos pedir la ayuda.
El propio presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán lo expresaba en una entrevista así: "Para recibirla tienen que hacer un curso de formación y probablemente muchos están ocupados en la economía sumergida". Y es que según consta en el decreto de 15 de agosto, el solicitante de esta ayuda debe firmar un "compromiso de actividad" que se traduce en "la obligación de buscar activamente empleo y participar en acciones específicas de orientación, formación, reconversión o inserción profesional".
Candidatos a la subvención que no lo ven claro
Esto es la teoría, en la práctica... El caso de Teresa es el que mejor lo explica. Hasta hace unos meses contratada en una empresa de servicios de limpieza y mantenimiento y ahora en el paro. Tiene dos hijos y prefiere buscarse la vida "limpiando pisos de particulares y pequeñas oficinas" que cobrar 400 euros ("lo que me cuesta la guardería del pequeño") a cambio de "estar todo el día en cursos de formación".
Igual de gráfico es el caso de Eusebio Ruíz. Le quedan "unos meses de paro" pero no se va a "quedar con los brazos cruzados". Está sopensando "montárselo por su cuenta" y empezar a pagar el impuesto de actividades económicas para ser autónomo. "Con dos o tres chapuzas que me vayan saliendo voy a ganar más que esos 420 euros". Es consciente de que el momento económico no es tan boyante y que quizá no tenga excesivos encargos, pero después de diez años en la construcción, tiene "contactos" y "siempre hay movimiento en el sector de las reformas".
Hemos ido a una de muchas colas del paro de Madrid y aunque no se habla de "economía sumergida" de forma directa sí se sugiere que muchos van "tirando con trabajillos", como cuenta Eva. En su caso, cobra una renta mínima de inserción, por ser parada de larga duración y no podría acceder a la ayuda excepcional del Gobierno pero en cualquier caso le parece insuficiente: "En una familia joven con hijos no se cubren todos los gastos con esa cantidad de dinero".
Por eso, muchos se buscan la vida. Lo dice Javier, que está en el paro, aunque estudiando y vive con sus padres. Algunos amigos suyos pagan el doble, hasta 800 euros , en concepto de hipoteca y facturas, por lo que no le extraña que muchos "trabajen en negro".
Pocas avalanchas
Con unos 50.000 tramitantes de la ayuda en toda España es difícil encontrarse a alguno, una mañana sin más, en la cola del Inem. Pese a que en algunas oficinas han habilitado una mesa de información específica para tramitar esta ayuda, en otras, según nos cuenta el vigilante de seguridad, se informa y tramita en las mismas ventanillas que cualquier otra prestación por desempleo. Lo que está claro es que avalanchas para pedir estas ayudas no ha habido.
Haciendo cola nos encontramos a Miguel. Su paro finalizó el pasado 10 de agosto pero no se plantea hacer la solicitud para pedir la prestación excepcional. Tiene que pasar 300 euros para la manutención de sus hijos y otros 300 para mantener a su madre; 420 euros no le dan "ni para empezar". No se atreve a hablarnos de trabajo en negro pero tampoco ve claro solicitar la prestación excepcional para seguir un itinerario de formación. "Lo que necesito es trabajo", dice.
Esta subvención asciende exactamente a 421,79 euros mensuales, es decir el equivalente al 80% del IPREM (indicador del nivel de renta para percibir determinadas subvenciones) durante un máximo de seis meses. Hay más límites: sólo es para desempleados con rentas inferiores al 75% del salario mínimo interprofesional, y, según Corbacho, va "más allá" de la Renta Activa de Inserción de las comunidades autónomas para ayudar de manera urgente a personas "que se enfrentan a un grave riesgo de exclusión social".
Se trata de una ayuda que excluye de forma explícita a los parados de larga duración. Un colectivo formado por 260.000 desempleados beneficiarios de la renta activa de inserción, el subsidio para mayores de 52 años y el antiguo PER para trabajadores del campo. Y que no se limita a establecer una prestación social económica, sino que contempla garantías para favorecer la inserción laboral, ya que los beneficiarios se comprometen a integrarse en itinerarios laborales gestionados por las comunidades autónomas. El caballo de batalla. Lo cierto es que entre los que engrosan las crecientes colas del paro, hay mucho escepticismo y desánimo. "Sé que aquí no voy a encontrar trabajo", dice Mar refiriéndose al Inem.