Las comunidades emitirán 32.000 millones de euros deuda para cubrir gasto

expansion.La década dorada de las autonomías ha dejado una indigesta factura. Los gobiernos regionales van a necesitar algo más que pequeños ajustes de impuestos y un nuevo modelo de financiación para meter en cintura sus cuentas.

Especialmente, por el lado de la deuda, que avanza a un ritmo inexorable.
Las comunidades autónomas emitirán el próximo año 31.791 millones de euros, el doble que en 2009, según datos recopilados por EXPANSIÓN a partir de los presupuestos regionales. Tan sólo Madrid y Baleares han moderado el volumen de nuevas emisiones. En el lado opuesto, País Vasco incrementa su capítulo 9 de los presupuestos un 465%; Canarias, un 169%; y La Rioja, un 210%.

Las agencias de calificación Fitch y Standard & Poor’s (S&P) coinciden en que el “riesgo” de un deterioro de la calidad crediticia de las comunidades, es decir, de su solvencia, crecerá a corto plazo. Sobre todo, después de que el Gobierno ampliara hasta el 2,5% del PIB la capacidad de las autonomías para incurrir en déficit el próximo año.

Aquí es donde comienzan los problemas. El déficit autonómico (que podrá alcanzar los 67.200 millones de euros, según Fitch) se financiará con más deuda. Por tanto, el endeudamiento neto de las comunidades, que supera ya los 82.000 millones de euros, avanzará hasta los 115.000 millones en 2010, según S&P.

“El gasto corriente de las comunidades ha sufrido una tendencia muy expansiva en los últimos años. Ahora es cuando se pone en entredicho la capacidad de control de las autonomías”, apunta Miriam Fernández de Heredia, de S&P. Esta analista advierte de que, en estos momentos, las comunidades “no pueden ni siquiera financiar sus gastos corrientes con los ingresos corrientes”. Por tanto, están recurriendo a la deuda para pagar déficit, inversiones y servicios comunes.

Cataluña, por ejemplo, necesitará emitir 9.419 millones de euros de deuda el próximo año para cubrir el 28,9% de su presupuesto. Es decir, casi una tercera parte de los ingresos de la Generalitat se obtienen a costa de generar gastos futuros. Un dato preocupante si se tiene en cuenta dos factores: en primer lugar, que ésta ya es la comunidad más endeudada, con un volumen que supera los 23.746 millones, según el Banco de España.

Y en segundo lugar, este repunte de la deuda se produce el mismo año en el que entrará en vigor el nuevo modelo de financiación. Cataluña no está sola ni mucho menos en este asunto. Entre un 10% y un 20% de los ingresos autonómicos del próximo ejercicio proceden de la emisión de deuda. Ni la reforma de la financiación territorial, ni los 11.000 millones de euros extraordinarios prometidos por el Gobierno solucionan el problema. Las entregas a cuenta del Estado para 2010, principal fuente para elaborar los presupuestos autonómicos, se han recortado un 15% de media. La recaudación de impuestos cae a ritmos del 20%, según datos de Hacienda. A todo ello, se unen 6.000 millones que las comunidades deberán devolver al Estado, como consecuencia de la liquidación negativa de 2008 (el Gobierno les concedió entonces más dinero del que se ha recaudado).

Encrucijada
Los gobiernos regionales no se han enfrentado a una situación así en la historia. La última década ha estado marcados por la descentralización de los principales servicios (salud, sanidad, dependencia, etcétera), por tanto, del gasto. Pero también, por una burbuja de ingresos apoyada en otra burbuja, la inmobiliaria.

“La economía mantendrá un crecimiento limitado a medio plazo, por tanto los ingresos serán bajos”, advierte la analista de S&P. Es decir, las comunidades deberán afrontar una revisión a fondo de sus gastos. De lo contrario, el recurso de la deuda tan sólo supone una huida hacia adelante con una pesada factura a la vuelta de la esquina.

Las claves del rompecabezas autonómico
· Recursos propios
La capacidad de generar recursos propios de las comunidades autónomas mejora con el nuevo sistema de financiación. No sólo se amplía su participación en la recaudación de grandes impuestos, sino que se les da más potestad normativa para subirlos o bajarlos. En cualquier caso, la dramática caída de los ingresos por IVA, IRPF y Especiales desde 2008 anula esta medida.

· Promesas
El Gobierno ha prometido compensar los desfases del actual modelo de reparto de los ingresos con la inyección de 11.000 millones de euros. Pero parte de los fondos irán destinados a pagar la ley de Dependencia; y otra buena porción se neutralizará con los 6.000 millones de euros que las regiones deben devolver por errores entre la previsión de ingresos y la liquidación final de 2008.

· Desequilibrios
Los gobiernos autonómicos denuncian un desequilibrio vertical a favor del Estado entre ingresos y gastos. Mientras las comunidades prestan el grueso de los servicios sociales (gasto), el Estado recauda la mayor porción de los impuestos (ingresos). Entre 2004 y 2009, los ingresos regionales han sufrido un crecimiento acumulado del 30%, frente al 36% de los gastos.

· Agujero imparable
Con lo que la Comunidad de Madrid gastará en sanidad en 2010, el antiguo Insalud prestaba servicio en diez autonomías en 2001. La deuda sanitaria asciende ya a 11.000 millones de euros. Y podrá alcanzar los 50.000 millones a medio plazo si no se revisa el funcionamiento del sistema, según datos del informe Fedea-McKinsey. Éste es sólo un ejemplo de la dinámica de gasto regional.

· Castigo al ciudadano
El recurso continuado a la deuda es una espiral sin fin. Cada nueva emisión suma más gasto en intereses sobre el presupuesto. Y, por tanto, sobre los contribuyentes. En Cataluña, Valencia y Baleares, la deuda viva por habitante se acerca ya a los 2.500 euros. En el lado opuesto, en País Vasco y Murcia apenas alcanza los 500 euros. Un losa que, además, revierte en las generaciones futuras.