cincodias.Sacar punta fiscal a los productos del ahorro y la inversión
Los productos de inversión se presentan a los contribuyentes como una oportunidad para reducir su factura fiscal antes de que acabe el año. Hasta el momento, la vivienda es el gran filón del contribuyente para pagar menos a Hacienda en la declaración del IRPF. Sin embargo, el que no tenga pensado comprarse un piso de aquí a final de año, puede recurrir a otras fórmulas –productos de ahorro e inversión- para que saldar cuentas con el fisco sea menos costoso para sus bolsillos.
Hasta que la nueva reforma de los rendimientos del ahorro no entre en vigor en la declaración de la renta del próximo ejercicio, desde 2007, todas las rentas derivadas de instrumentos de ahorro tributan a un mismo tipo del 18%, lo que afecta a fondos de inversión, seguros de ahorro, ganancias en Bolsa y depósitos financieros, entre otras.
Cuando nos planteamos cual es el producto de inversión idóneo donde invertir lo primero que miramos es la rentabilidad y la seguridad. Sin embargo, no debemos olvidar como tributa cada producto porque la fiscalidad puede tener un impacto importante en el rendimiento neto final de nuestras inversiones.
Los fondos de inversión generan el efecto diferimiento de tributación hasta el momento de su reembolso. No hay peaje fiscal para traspasar el capital de un fondo de inversión a otro, cumpliendo una serie de requisitos. La venta de participaciones no tributará cuando el importe obtenido de las mismas sea traspasado a otro fondo de inversión. De esta forma, se favorece la gestión activa de las inversiones por parte de los inversores.
Los depósitos bancarios, seguros de ahorro y ‘unit links’ también tributan al 18%. Y es que la reforma del IRPF de 2007 ha servido para igualar la mayoría de productos financieros en lo que a la declaración de la renta se refiere.
En el caso de las acciones, todas las ganancias (incrementos patrimoniales) derivadas de la compra-venta de acciones y participaciones en fondos de inversión adquiridas después del 31 de diciembre de 1994 tributan al 18%, independientemente de en cuánto tiempo se hayan obtenido. Por otro, se señala que si son pérdidas (independientemente también de su antigüedad) lo que se ha obtenido, podrán ser utilizadas para rebajar (compensar) el importe de las plusvalías logradas.
Es aconsejable, por tanto, ir haciendo números y comprobar en qué medida las minusvalías pueden reducir la factura fiscal en un 18%. De una forma más visual, de cada 1.000 euros de ganancias, Hacienda se quedará con 180 euros. Y por cada euro de pérdidas que se hagan efectivas y que sirvan para compensar las ganancias anteriores, el inversor se ahorrará 18 céntimos de euro.
En los planes de pensiones, el máximo de aportación para las personas que tengan 50 años o menos es de 10.000 euros, en tanto que los mayores de 50 años no pueden destinar más de 12.500 euros. Además, estas aportaciones no podrán superar el 30% de los rendimientos netos del trabajo o actividades empresariales o profesionales, o del 50% respectivamente.
Dividendos
Con carácter general, la ley del IRPF incluye una exención para los primeros 1.500 euros percibidos. Sin embargo, en el caso de que se supere está cuantía el resto tributará al 18%, ya que son considerados por el fisco, sin reducción alguna, como rentas del ahorro, y se integran en la base imponible del ahorro.
Novedades
El gravamen de las rentas del ahorro se elevará del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros de ganancias y el resto, tributarán al 21%. Estos son las novedades de la reforma fiscal que afectará a los inversores a partir del año que viene y que pueden afectar a las decisiones de los inversores, sobre todo los que invierten en fondos y en Bolsa, antes de que acabe el ejercicio. De esta forma, se pagará menos que a partir del año que viene.