El Gobierno apuntó demasiado alto en sus previsiones económicas para 2008. Este exceso de optimismo ha pasado factura a la recaudación del Estado.
Las arcas públicas ingresaron 30.082 millones menos que los presupuestados por el Ministerio de Hacienda para todo el ejercicio y, en total, un 13,6% menos (27.223 millones de euros) que en 2007, según datos de la Memoria de la Agencia Estatal de la Agencia Tributaria publicados ayer.
Si un impuesto ha lastrado el balance final de la caja del Estado es el de Sociedades. El deterioro de los resultados empresariales recortó en 17.119 millones de euros los ingresos por este tributo. En otros términos, el bajón de Sociedades explica el 64% del retroceso de los ingresos públicos.
El otro talón de Aquiles de Hacienda fue el consumo. Los ingresos por IVA bajaron en 13.258 millones de euros, quedando un 11,6% por debajo de la recaudación prevista por el Gobierno. El parón recaudatorio fue menos acusado en el Impuesto sobre la Renta, que cayó un 1,8% respecto a 2007.
Dada la evolución de la economía en el primer semestre de 2009, el Estado de las cuentas públicas sufrirá un balance todavía más negativo. El consumo no muestra síntomas de mejora y las empresas han paralizado su actividad. Además, se une el rápido avance del desempleo, que tendrá un efecto muy negativo sobre la recaudación del IRPF.
Coste normativo
La Agencia Tributaria aporta más argumentos para explicar el bajón de la recaudación. En su opinión, la crisis no es la culpable al 100% y atribuye a las medidas fiscales del Gobierno un “coste normativo” de 19.540 millones de euros.
En concreto, los que afectan al IRPF (reforma fiscal de 2007 y cheque de 400 euros) e Impuesto de Sociedades (cambios normativos de 2007) han supuesto “una inyección de renta disponible a familias y empresas de 7.920 millones”. También cuenta el impacto de otras medidas, como el cheque bebé de 2.500 euros.
Un aumento de plantilla del 3% en la AEAT
A pesar del aumento de carga de trabajo que soporta Hacienda en tiempos de crisis, en especial en cuanto a lo que se refiere a la actividad inspectora, la plantilla de la Agencia Tributaria se mantiene estable. Si comenzó 2008 con un total de 27.165 empleados, lo concluyó con 27.951, tras crecer un 2,9%.
Las áreas que más crecen son las de gestión, que pasa de 6.832 a 7.097 y la de inspección, que se sitúa en 5.198, frente a los 5.007 registrado un año antes. Un 12,87% de la plantilla se distribuye en los servicios territorial expansion.com