Hibridación total
Los ingenieros franceses de Peugeot nos tienen preparadas un par de pendientes nevadas resbaladizas y unas pruebas de aceleración para que podamos comprobar de la mejor forma posible las diferencias entre la tracción delantera y la tracción a las cuatro ruedas de la gama. Todos los vehículos conducidos equipaban neumáticos de invierno, algo lógico teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas a las que nos enfrentamos.
Empezamos con las pruebas de subida en rampa desde parado, al volante de un 3008 Hybrid4 (que acapara un 75% de las ventas de la gama híbrida de Peugeot en Europa). Intentamos subir una pendiente nevada y deslizante de unos 30-35º en modo AUTO. Aceleramos, el coche patina un poco; nos movemos, pero a los cuatro segundos las ruedas delanteras se detienen en la nieve. Volvemos hacia atrás, seleccionamos el modo 4WD, comenzamos a andar y, aunque no lo conseguimos de forma inmediata, notamos que la tracción es mucho mejor debido a que los 37 CV del motor eléctrico actúan en el eje trasero, complementando de esta forma a que el motor térmico consiga el empuje necesario. Y así es, subimos la pendiente sin demasiados problemas en repetidas ocasiones.
Nos desplazamos a otro punto de Val dŽIsère para realizar las pruebas de aceleración. Aquí contamos de nuevo con la presencia del 3008 Hybrid4, con un 4008 -4WD- y con un 508 SW de tracción delantera. Pretenden que comprobemos las diferencias en una aceleración de 0 a 200 metros entre unos y otros, tanto con el ESP activado como sin él. El perdedor, como os imagináis, será el 508 SW. Y es que en nieve la tracción delantera poco tiene que hacer frente a la tracción total.
Realizamos varias tandas -como si estuviésemos en una entrega de Need for Speed-, y el vencedor absoluto será el 3008. Aunque el 4008 con transmisión manual ha sido un buen competidor, ganando alguna que otra tanda, volvemos a la misma conclusión: la potencia del motor eléctrico en el eje trasero es de gran ayuda.
Finalmente nos adentramos en una nueva pendiente nevada, en esta ocasión con los mismos vehículos que en las pruebas de aceleración a los que se suma un RXH. Subir la pendiente desde parado con el 508 SW es misión imposible: hemos de coger velocidad en llano para poder subir la rampa. Los Hybrid4, tanto el 3008 como el RXH, la suben sin problema –honestamente, con un poco de mayor soltura el segundo.
Nuestras pruebas concluyen y una cosa ha quedado patente: los Hybrid4 no sólo nos permiten reducir emisiones y mejorar los consumos gracias al motor eléctrico, sino también adentrarnos a hacer alguna excursión de montaña sobre terrenos difíciles que quizá con otros híbridos no podamos llegar a realizar.