LANCIA BETA MONTECARLO
El Montecarlo apareció en el mercado en unos tiempos en que los constructores de coches deportivos -inspirados por las carreras- veían todavía la piedra filosofal en la disposición central del motor. Por este motivo el 4 cilindros de Fiat se inclina en su posición transversal 20 grados hacia atrás, montada delante del eje posterior. La construcción del mecanismo de propulsión recuerda también a un coche deportivo: brazos de dirección transversales y bielas de empuje por delante, brazos de dirección transversales triangulares por detrás, así como riostras todo alrededor, son las características de construcción que pueden demostrar orgullosamente los fans de los coches deportivos.
Sin embargo, la hija de Fiat, Lancia de Turín, ha ahorrado en el motor: este procede de Fiat y presta también servicios en los modelos 132 y 131 Sport. Un carburador Weber de doble cuerpo alimenta al 2 litros. A pesar de sus 120 CV a 6.000 r.p.m., el conjunto de propulsión de generosa cilindrada no es capaz de acelerar con especial velocidad al dos plazas, que pesa nada menos que 1.051 kilos. En comparación con el VW Golf GTi, por ejemplo, el modelo Montecarlo, que desde el punto de vista aerodinámico parece tener un estilo muy favorable, lleva claramente las de perder.
El elevado consumo de carburante, en comparación, de 15 litros a los 100 kilómetros y la velocidad máxima relativamente baja de 191,5 km/h. nos hacen sacar la conclusión de que la aerodinámica del coche de sólo 1,19 metros de altura, no es tan maravillosa como parece.
Al temperamento poco agresivo del Lancia se unen además poca alegría de giro del motor, una marcha moderada en frío y un nivel de ruidos francamente molesto. No cabe duda -el motor es el punto flaco del Lancia Montecarlo, y eso hay que lamentarlo mucho más teniendo en cuenta que sus calidades de carrocería y chasis han sido creadas, con pocas excepciones, para despertar la alegría de conducir.
Dejando a un lado la falta de espacios porta-objetos se ofrece con el Lancia una capacidad generosamente dimensionada. El conductor y su acompañante no sólo están a gusto por los cómodos asientos. El maletero es lo suficientemente grande pero en realidad no hay que cargarlo: los 129 kilos de carga adicional total permitidos se ocupan ya con la presencia de dos personas delgadas.
La visibilidad, en cambio, es excelente, todos los instrumentos se han colocado de forma que no reflejen la luz, por lo que pueden leerse fácilmente. Sólo las palancas de calefacción y ventilación requieren un estudio detallado.