Fernando Alonso se queda a las puertas del podio en Spa

                                                             Fernando Alonso rozó el podio en el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1 tras acabar cuarto en una trabajada carrera donde a punto estuvo de entrar en el tercer puesto merced a la salida de pista de Kimi Raikkonen cuando el finlandés rodaba en el segundo puesto.

El asturiano se vio obligado a realizar una parada de más en boxes antes de la última vuelta para cambiar de neumáticos, lo que le hizo perder la opción virtual del tercer puesto que le otorgaba el accidente de Raikkonen.

Un gran premio que resultó ser más que controvertido después de que, una vez finalizada la carrera, la FIA decidiera otorgar la victoria de esta decimotercera prueba del campeonato del mundo de 2008 a Felipe Massa al sancionar a Lewis Hamilton, ganador sobre el asfalto, con 25 segundos de penalización por conducta antideportiva que le relegan finalmente sobre el papel a la tercera posición del podio.

Y es que el británico se alzó con el triunfo en Spa después de mantener una encarnizada lucha con el propio Raikkonen de la que el británico pareció salir victorioso en un principio. Un adelantamiento indebido del piloto de McLaren, que se saltó la chicane del Bus Stop por el interior, 'encabritó' al de Ferrari, que arriesgó demasiado para recuperar el primer puesto y acabó dando contra el muro del circuito en una salida donde la lluvia, que apareció en las últimas vueltas, fue un factor importante.

Hamilton marcó un tiempo final de 1:22.44.933 y aventajó en la línea de  meta al brasileño Felipe Massa en 14.461 segundos y al alemán Nick Heidfeld en 23.844.

Todos pendientes del cielo
Con la salida de Raikkonen y los problemas de Alonso y compañía a la hora de decidir neumáticos, la meteorología se acabó antojando como un factor desivo en la carrera de bélgica. La carrera comenzó con el asfalto húmedo, después de que estuviera lloviendo durante las horas previas, y con el pronóstico de que la prueba podría disputarse sin humedad, lo que levó a la mayoría de los monoplazas a optar por entrar en la pista con neumáticos de seco.

Alonso realizó una gran salida y, aunque se salió de pista en la primera curva, remontó dos puestos, superando de un mismo plumazo a Kovalainen y Heidfeld, para alzarse con un cuarto lugar que ocupó con comodidad durante el resto de la prueba y que a la postre resultó definitivo.

Tranquilidad la del piloto asturiano que contrastaba con la tensión que se vivió en la cabeza de carrera. Lewis Hamilton  rodó en primera posición durante la primera vuelta, pero un error de pilotaje le obligó a hacer un trompo sobre el asfalto húmedo, circunstancia que aprovechó Raikkonen para ponerse en cabeza y empezar a marcar distancias con respecto a sus perseguidores.

La carrera se fue definiendo, con Raikkonen, Hamilton y Massa marcando distancias por delante, pero a falta de tres vueltas para el  final la lluvia volvió a aparecer en el asfalto belga y cambió el  signo de la carrera. El británico de McLaren, que cada vez se veía más cerca del alerón trasero del finlandés, se colocó pegado al Ferrari de su rival y aprovechó la primera oportunidad de la que dispuso para adelantarlo.

Y entonces, a dos vueltas del final, llegó el caos: salida de Raikkonen, Alonso rozando los pianos con peligro, pasos por boxes y, en definitiva, un final 'loco' pasado por agua del que el mayor beneficiado finalmente fue Felipe Massa, que se queda a dos puntos de Hamilton en el Mundial, y dejó a Alonso de nuevo con la miel en los labios este año, por tercera vez después de rebasar en la misma línea de meta a Sebastian Vettel.