La presentación oficial de un equipo americano en la Fórmula 1 para 2010 al otro lado del Atlántico, ha sido toda una sorpresa. Más aún, si tenemos en cuenta que desde 2006 no ha habido carreras en este país, a lo que podemos añadir que hace más de dos décadas que ningún equipo de Fórmula 1 americano ha participado en los campeonatos de Fórmula 1.
A pesar del actual clima económico, el nuevo equipo tendrá que hacer una buena gestión económica, aunque los líderes del proyecto, Ken Anderson y Peter Windsor, afirman que tienen respaldo económico. Pero si echamos la vista atrás, comprobaremos que la historia no ha sido favorable con otros equipos estadounidenses en la Fórmula 1.
El equipo de Fórmula 1 más exitoso de América fue la escudería Penske, pero, incluso, sus logros son insignificantes en comparación con sus homólogos europeos. Famoso hoy en día como equipo de la IndyCar, Penske entró Fórmula 1 durante tres temporadas entre 1974 y 1976.
En su debut en la Fórmula 1, en el Gran Premio de Canadá 1974, con su coche, el PC1, lograron un modesto 12º lugar, con la ayuda del piloto americano Mark Donohue. Al año siguiente Donohue logró una serie de buenos resultados, entre ellos una quinta posición en el Gran Premio de Suecia. Sin embargo, durante el Gran Premio de Austria, el piloto se vió envuelto en un grave accidente, que días mas tarde causarían su muerte a causa de las múltiples heridas. El equipo no tomo parte en la siguiente carrera en Italia, para regresar a las pistas en su Gran Premio local, el Gran Premio de Estados Unidos en Watkins Glen, con el piloto John Watson al volante. El británico termino noveno y Penske lo contrató para la siguiente temporada, 1976.
Pareció una brillante decisión, cuando el nuevo PC4 logró dos podios y una victoria en Austria. Pero a pesar de lograr una victoria, Penske anunció sus intenciones de centrarse en la IndyCar, anunciando su retirada antes del comienzo de la temporada de 1977. Hasta la fecha, la victoria de Watson, sigue siendo la única lograda por una escudería americana, si no tenemos en cuenta las 500 millas de Indianápolis (prueba que formó parte del calendario de la Fórmula 1 en sus primeros años de vida).
Al mismo tiempo que Penske apareció otra escudería americana. Parnelli, creada por el ex-piloto de la USAC, Parnelli Jones, que participó por primera vez en Fórmula 1 en la temporada de 1975. Con un coche diseñado por un ex-componente de Lotus, Maurice Philippe, pilotado por Mario Andretti, y con un motor Cosworth, el equipo contaba con importantes credenciales.
Andretti, que más adelante ganaría un campeonato con Lotus, realizó algunas buenas carreras, incluido un cuarto puesto en el Gran Premio de Suecia (por delante de Penske). Pero el patrocinador y proveedor de neumáticos de la escudería, Firestone, se retiró del deporte. Comenzando la temporada 76 con pocas energías, Parnelli solo participó en dos Grandes Premios antes de retirarse. Tras haber participado en 16 carreras, el equipo había logrado sumar un total de seis puntos.
La entrada más reciente de una escudería de Fórmula 1 americana al campeonato es de 1985, bajo el nombre de Hass, y con el respaldo de Carl Hass y Teddy Mayer. Con su base cerca de Londres, y financiado por la empresa Beatrice Foods, una fuerte inversión en el diseño y las manos del campeón del mundo Alan Jones, para llevar el coche de Haas, todo apuntaba que la nueva escudería tendría un buen recorrido en la Fórmula 1.
Debutó en el campeonato bajo la marca Lola, con motores Hart (a la espera de una oferta prometida por Ford), Jones participó en cuatro carreras, sin demasiado éxito. No logró calificar más hallá de una 19ª posición, y no consiguió acabar ninguna de las carreras por problemas técnicos con el coche. Solo quedaba esperar la llegada de la temporada de 1986.
Pero cuando Ford tuvo preparado el prometido motor, el patrocinador Beatrice anunció su retirada. Un duro golpe para la escudería, que vió como su financiación se iba reduciendo a lo largo de la temporada. Finalmente Alan Jones logró un 12º puesto en el campeonato, y como no se encontraban patrocinadores para 1987, la escudería terminó desapareciendo. Jones no volvió a la Fórmula 1.
Así podemos comprobar como el camino de las escuderías americanas en la Fórmula 1 ha sido complicado. Pero el USF1 se ha creado con una entidad muy distinta a la de sus predecesores, con claros objetivos de emplear la mejor tecnología americana, y sus mejores pilotos. Con una sede en Estados Unidos, en Carolina del Norte, el nuevo equipo sabe que tiene que apuntar alto, si quiere cambiar la tendencia histórica de las escuderías americanas en la Fórmula 1.
Fuente www.formula1.com
Traducción www.todo-formula1.com