Sus 440 caballos nos permiten pasar de 0 a 100Km/h en apenas 4 segundos, con unas recuperaciones excepcionales y sin necesidad de un uso exagerado del cambio de marchas gracias a su enorme par motor de 586Nm.
Su gran cilindrada nos permite desplazarnos con total suavidad entre el tráfico urbano, aunque siempre estará preparado ante la mínima insinuación del acelerador para ofrecerlo todo.
Cuando la carretera se retuerce, también demuestra las cualidades dinámicas de su afinado bastidor, que se beneficia de un reparto de pesos casi perfecto y de un bajo centro de gravedad, demostrando que es un auténtico deportivo.
Las virtudes de su motor no acaban aquí, si no que se extienden en su ligereza, compacidad y bajas emisiones. Su eficiente sistema de alimentación no solo garantiza las máximas prestaciones a lo largo de todo el rango de revoluciones, también cumple con la normativa de emisiones EURO V.
Para satisfacer todas las expectativas de los clientes del Tauro V8 se puede ajustar aun más, pudiendo ampliar su potencia a los 530 caballos.
Para que el conductor obtenga la máxima satisfacción posible, la máquina trae de serie un cambio de marchas manual de seis relaciones con escalonamiento cerrado, pudiéndose montar opcionalmente una caja de cambios automática de seis relaciones con levas en el volante.
Para transmitir tanta potencia al asfalto nada mejor que recurrir a la clásica configuración de propulsión trasera. El magnífico reparto de pesos entre ejes, unido al elaborado esquema de la suspensión independiente hace que la adherencia sea sobresaliente en cualquier situación.
El equipo de frenos es soberbio, con unos discos de freno delanteros de 360mm y pinzas de seis pistones heredadas de la competición. Todos estos componentes funcionan de manera sincronizada para garantizar la experiencia de conducción definitiva.
Si el conductor sobrepasa sus límites siempre estarán vigilantes los controles de tracción, estabilidad y el ABS de cuatro canales.