Moto Bari Orix 50
En un escenario con rivales como la Variant, la Vespino, la Mobylette… tan fuertes que ni siquiera marcas asentadas como Rieju, Motor Hispania, Torrot o Puch lograban consolidar sus modelos automáticos.
Pero allá que vamos, con los medios justos, con la única experiencia de haber fabricado una minimoto (la Habana Baby X-1) y no sin buenas ideas, dos industriales alaveses BAcaicoa y RItuerto lanzan al mercado en 1980 la protagonista del post, la Moto Bari Orix
¿Qué decir de esta efimera amotico?
La primera salta a la vista, el cuidado y elegante diseño con chasis monotubo y maletas de fibra integradas
La suspensión trasera mediante un taco de goma (¡se inspirarían en el Dry Cone del Mini!)
Y la tercera es el motor, ¡Ay el motor! No sé si fueron unos pardillos o compraron muy barato, pero el motor IEMME (IM pronunciado en italiano y mal escrito en el catálogo) ¡arruinaba la moto!
Sin variador, con menos fuerza que la justa y al parecer con un tonto y endémico problema en los ferodos del embrague, no era motor para enfrentarse a nadie. Curiosamente, del IEMME hoy no queda testimonio en la Red. No me extraña.
El final de la Orix era el previsible, la moto pasó con más pena que gloria por nuestro mercado dejando de producirse poco después de dos años. Como sus fabricantes también lo eran de las maquinas tragaperras Habana, a las últimas unidades se les dio salida como regalo por la compra de cierta cantidad de esas gili-máquinas
En 1982 la Moto Bari costaba 68.000 ptas... lo mismo que una Variant Mundial ’82. Una Cady de radios se quedaba en 57.000 ¿Verdad que triunfar era tarea difícil?
Claro, no quedan muchas Bari Orix en circulación, todo lo contrario. La falta de recambio del motor ha sido un obstáculo para su supervivencia. Pero al menos este ciclomotor supone un valiente capitulo de nuestro motociclismo.
Y, como no, el récord de la moto / marca de una época reciente hoy más olvidada y desconocida.