COREA DEL SUR
Cuatro años después, el sorpresivo semifinalista de Corea/Japón quiere saber dónde está parado.
En los últimos tres años la selección de Corea del Sur pasó por momentos de gran turbulencia, marcados por pobres resultados y actuaciones poco convincentes, pero con el boleto ya en la mano para Alemania 2006 espera demostrar que las semifinales en el Mundial 2002, que co-organizó con Japón, no se debieron a la localía.
Con todo, sus hinchas saben que será más que difícil conseguir un éxito semejante al de entonces, cuando los futbolistas surcoreanos contaron en los estadios con el apoyo entusiasta de la multitud.
Más allá de eso, algunos creen que la actual selección es mejor que la de 2002. Entre ellos se cuenta la leyenda del fútbol alemán Franz Beckenbauer.
"Tienen buenas posibilidades, porque muchos coreanos juegan en Europa. Tienen experiencia, poderío, potencial y voluntad", dijo el presidente del comité organizador de Alemania 2006 durante una reciente visita a Asia.
Lo de 2002 fue una proeza: nunca antes un equipo asiático había logrado acceder a semifinales de un Mundial. Las sucesivas victorias sobre Portugal, Italia y España -estas dos últimas envueltas en polémicas por los arbitrajes- desataron una euforia futbolística sin precedentes en el país.
Tras aquel tiempo de gloria, el rendimiento de Corea del Sur pasó por muchos altibajos. Por eso, cuando la clasificación al próximo Mundial quedó sellada, los hinchas lo celebraron con una mezcla de orgullo y alivio.
En los últimos tres años, tres entrenadores pasaron por su banquillo. Cada vez que el desempeño del equipo no satisfacía las expectativas del público y recibía fuertes críticas por parte de la prensa, la asociación coreana de fútbol (KFA) cambiaba de técnico.
"Después de un verano (boreal) traumático, con la partida del entrenador Jo Bonfrere y las acusaciones de corrupción y desmanes financieros, era tiempo de traer un poco de felicidad al fútbol surcoreano", comentó el diario en inglés "Korea Times".
El rotativo hacía referencia a la victoria en un amistoso sobre Irán, en octubre, conseguida bajo el mando del nuevo entrenador holandés Dick Advocaat, que se hizo cargo de la selección después de su resonante fracaso en el Campeonato del Sudeste Asiático, en agosto de 2005.
Corea del Sur fue la anfitriona de ese certamen y terminó cuarta entre cuatro equipos, por detrás de China, Japón y Corea del Norte. Con la ausencia de las estrellas del equipo, Park Ji Sung y Lee Young Pyo, los jugadores de la liga local fracasaron ante sus propios fans.
Los medios analizaron si el equipo no depende demasiado de unos pocos futbolistas que juegan en el extranjero. Entre esos jugadores están Lee, del Tottenham inglés; Ahn Jung Hwan, del Duisburgo alemán; Kim Jin Kyu, del Jubilo Iwata japonés; Seol Ki Hyun, del Wolverhampton inglés, y, sobre todo, Park, del Manchester United.
Park es la gran estrella. Un jugador que se desenvuelve en defensa, centro del campo y ataque. Su actuación fue importante para ayudar al PSV Eindhoven holandés a alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones europea la pasada campaña, lo que le sirvió para dar el salto al Manchester United.
Lee, por su parte, es contemplado como uno de los jugadores defensivos con más clase y también pasó del PSV al Tottenham al inicio de la actual campaña.
El atacante Ahn se hizo muy popular en 2002 al anotar goles importantes en el pasado Mundial, incluido el gol de oro ante Italia en octavos de final.
La reconstrucción de un equipo nuevo más joven que reemplace a los veteranos de 2002 está en proceso. Aunque el rejuvenecimiento se convirtió en tema principal, el juego sigue centrado en los jugadores experimentados que ya participaron en el Mundial de 2002.
Uno de los nuevos valores es Park Chu Young, del Seúl, que se está convirtiendo a sus 20 años en la gran estrella emergente del fútbol coreano y ya es descrito como un "genial delantero" por parte de los medios del país. Al parecer, ya ha sido seguido por clubes europeos de prestigio.
A los mandos de Advocaat, la confianza regresó al equipo asiático, que espera confirmar que lo del pasado Mundial no fue mera casualidad.