EN SUIZA ALGO HUELE MAL
La justicia suiza allanó la sede de la FIFA en Zürich, en el marco de la causa por la quiebra de la compañía de marketing ISL, un caso que amenaza con provocar un nuevo terremoto en la máxima entidad del fútbol mundial.
"Consideramos desproporcionado el allanamiento, porque la FIFA siempre cooperó con la investigación", expresó el vocero de la FIFA, Andreas Herren, al confirmar la información publicada hoy por el semanario SonntagsZeitung .
El allanamiento, dijo la publicación, sucedió el 3 de noviembre pasado y fue realizado por policías de civil por orden del procurador del cantón de Zug, que investiga la quiebra en 2001 de ISL, socia de marketing de la FIFA durante veinte años.
El operativo incluyó las oficinas del presidente y del secretario general de la FIFA, Sepp Blatter y Urs Linsi, respectivamente, de las cuales fueron secuestrados informes y material de archivo, agregó SonntagsZeitung.
"El allanamiento no fue anunciado y, según el mandato, se refería a una investigación contra desconocidos", dijo Herren.
ISL (International Sport and Leisur), creada por Horst Dassler, el fallecido fundador de Adidas, fue declarada en quiebra en mayo de 2001 por deudas de unos 300 millones de dólares.
La noticia, en su momento, provocó fuertes repercusiones en el mundo del deporte, pues ISL tenía los derechos de marketing y TV de los Mundiales de fútbol, pero era también la mayor compañía de marketing del deporte.
Blatter
El periodista alemán Jens Weinreich calificó recientemente el caso ISL como "el mayor escándalo de corrupción en la historia del deporte mundial" y aseguró que un ex abogado de Blatter, Peter Nobel, devolvió al síndico de la quiebra 2,5 millones de francos suizos (1,9 millones de dolares).
La devolución de ese dinero, dijo Weinreich, se produjo luego de que el síndico, Thomas Bauer, advirtió a "altos dirigentes deportivos" que había logrado detectar "pagos ilegales" que ISL habría realizado a dirigentes de la FIFA, tras investigar los libros de la compañía.
El escándalo estalló luego de que Bauer detecto que ISL desvió a otra cuenta bancaria un pago de 75 millones de dólares realizado por TV Globo, de Brasil, por la reventa de derechos de televisación de los Mundiales 2002 y 2006.
La quiebra de ISL, el segundo colapso financiero más grande en la historia judicial de Suiza, amenazó en su momento con provocar la salida de Blatter, quien, sin embargo, fue reelegido en 2002 y está otra vez firme como presidente de la maxima entidad del futbol mundial.
Según Weinreich, el juez del caso, Thomas Hildbrand, advirtió a seis altos ejecutivos de ISL que están bajo proceso que pueden ser condenados con penas de hasta diez años de prisión, si en el juicio que se celebrará el año próximo no dan los nombres de los dirigentes deportivos a los que pagaron sobornos.
Esa docena de dirigentes, aseguró Weinreich, son miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) y también de federaciones internacionales deportivas con las que trabajaba ISL hasta su quibra, como la propia FIFA.
Blatter no quiso responder a preguntas que Weinreich le envió sobre esta causa, en tanto Jacques Rogge, presidente del COI, admitió al periodista alemán que la causa de ISL está bajo observación de su entidad, ya sacudida hace unos años con un escándalo de corrupcion que estalló en los Juegos de Invierno de Salt Lake City.
Weinrech reveló aspectos de su investigación durante un reciente congreso deportivo celebrado en Copenhague, Play the Game, que fue clausurado justamente por Michel Zen Ruffinen, despedido en 2002 de su cargo de secretario general de la FIFA, tras formular graves acusaciones de corrupción contra Blatter.