El espectáculo de las auroras boreales vuelve este verano a tu casaASTRONOMÍASólo desde los casquetes polares de nuestro planeta se observan las auroras boreales y australes, un fenómeno astronómico espectacular que aparece ante nuestros ojos como cortinas luminosas de tonalidades diversas y cambiantes. Pero este verano trae la oportunidad de observar las auroras boreales (aquellas que se ven en el hemisferio norte) en directo desde casa, con una conexión a Internet. El momento para la observación es propicio: en la actualidad existe un aumento de la actividad solar que produce las auroras y que alcanzará su máximo a mediados de 2013.
Del 20 al 29 de agosto la expedición Shelios 2012, coordinada por el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Miquel Serra-Ricart, observará las auroras boreales desde el sur de Groenlandia, en concreto, desde los alrededores del glaciar de Qaleraliq (longitud=46,6791W; latitud=60,9896N). Miembros del proyecto europeo GLORIA (GLObal Robotic-telescopes Intelligent Array, Red Global de Telescopios Robóticos) se unirán a la expedición para realizar una retransmisión en directo del fenómeno. Vídeos e imágenes de las auroras serán retransmitidos en directo por Internet (en colaboración con el portal sky-live.tv) desde Groenlandia. La emisión será bilingüe en castellano e inglés.
La expedición Shelios 2011 que, con idéntico objetivo, partió el año pasado hacia Groenlandia, encontró una menor actividad de auroras que la esperada, debido al aparente retraso del máximo de actividad solar. Esto produjo que, en esa ocasión, no se pudiera retransmitir el fenómeno en directo, aunque sí ofrecer a los espectadores de todo el mundo impresionantes imágenes y videos de las auroras observadas en diferentes momentos de la expedición. En esta ocasión, se espera una mayor actividad de auroras, lo que aumentará aún más el atractivo de las retransmisiones.
GLORIA es un innovador y ambicioso proyecto de ciencia ciudadana liderado por la Universidad Politécnica de Madrid y con la participación de 13 socios de 8 países, que darán acceso libre y gratuito a una red de telescopios robóticos a través de una interfaz Web. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) participa en el proyecto a través del Telescopio Abierto Divulgación (TAD), un conjunto de telescopios robóticos situados en el Observatorio del Teide, en Tenerife. La retransmisión de las auroras será la segunda (la primera fue el tránsito de Venus) de una serie de retransmisiones en directo de eventos astronómicos que ofrecerá GLORIA para promover la Astronomía y Ciencia Ciudadana entre el público. Al mismo tiempo, se han desarrollado Actividades Educativas para involucrar a los estudiantes de secundaria. La propuesta para las Auroras Boreales es que los estudiantes determinen la distancia a la que se forman las Auroras a partir de observaciones simultáneas realizadas desde dos puntos separados una distancia de 1km.
Se realizará una conexión diaria entre el 24 y 28 de Agosto, de 01:00 a 01:10 UT, (3:00 - 3:10 Madrid). Para mantener el portal actualizado cada noche de 00:30 - 01:30 UT (2:30 - 3:30 Madrid), y con una frecuencia de un minuto se refrescará la imagen del cielo estrellado al tiempo que se ofrece un vídeo en directo del movimiento de las auroras. Todas las imágenes recogidas estarán inmediatamente disponibles para su uso en las actividades educativas.
Las auroras polares se producen cuando partículas muy energéticas originadas en el Sol (viento solar) alcanzan la atmósfera de la Tierra. La entrada de estas partículas está gobernada por el campo magnético terrestre y por ello sólo pueden penetrar por el Polo Norte (auroras boreales) y el Polo Sur (auroras australes). “La emisión de luz se produce en la alta atmósfera, entre 100 y 400 kilómetros, y se debe a los choques del viento solar, compuesto esencialmente por electrones, con átomos de oxígeno, lo que origina los tonos verdosos que son los más comunes”, explica Serra-Ricart. En el año 2000 se detectaron intensas auroras, al coincidir con un periodo de máxima actividad solar.
Durante los máximos solares hay un aumento del viento solar y, por tanto, crece el flujo de partículas elementales que al llegar a la Tierra son dirigidas hacia los polos magnéticos. La mejor zona para la observación de las auroras boreales se localiza en un círculo alrededor del Polo Norte magnético (entre 60 y 70 grados de latitud norte). Según el astrofísico del IAC, “debido a que el Polo Norte magnético no coincide con el Polo Norte geográfico y se encuentra situado al noroeste de Groenlandia, en concreto al norte de Canadá cerca de la isla Ellesmere, el sur de Groenlandia es una de las mejores plataformas de observación”.
“Es conocido que durante el máximo solar ocurrido en el año 1989, con intensas tormentas solares, varias ciudades del norte de los Estados Unidos y Canadá tuvieron graves problemas en el suministro eléctrico. También varios satélites sufrieron anomalías temporales en el transcurso de las citadas tormentas”, detalla Serra-Ricart.
La relación entre la actividad solar y el clima terrestre es un tema a debate en los últimos años. Hay indicios que hacen pensar que durante los mínimos de actividad solar la Tierra sufre un enfriamiento. Entre los años 1645 y 1715 se cree que existió un mínimo solar prolongado (el mínimo de Maunder) que provocó una pequeña edad de hielo en el planeta, con efectos constatados en el norte de Europa.
Fuente: IAC[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=TKuN17F4Mx8&feature=player_embedded[/youtube]
El Curiosity ya se mueveASTRONÁUTICA(Foto: NASA/JPL)
Desde su llegada a Marte, el robot Curiosity no ha dejado de enviarnos imágenes, de calibrar sus instrumentos y de comprobar sus sistemas. Ahora, por fin, ha ensayado la utilización de sus ruedas y ha demostrado que puede moverse sobre la superficie del Planeta Rojo.
Tras varios días de transmisión de datos, el Curiosity pasó su primer fin de semana en Marte aceptando y poniendo a punto los nuevos programas que regirán el sistema informático de a bordo durante las próximas semanas. Se trata de programas específicos para el trabajo en la superficie, ocupando el lugar de otros especiales para la fase de aterrizaje y la post-llegada. Este cambio o transición se efectuó entre los días 10 y 13 de agosto, y ayudará, por ejemplo, a tomar mejores imágenes e interpretarlas, evitando obstáculos y así posibilitando realizar travesías más largas de forma automática.
El siguiente objetivo fue continuar tomando imágenes de los alrededores para localizar el primer lugar hacia el que deberá dirigirse el robot. Dicho punto se llama Glenelg y posee las características adecuadas para las tareas científicas a realizar, como una primera extracción de muestras de una roca. Glenelg se halla a unos 400 metros del punto de aterrizaje. Se han descartado otros lugares a primera vista interesantes, por seguridad, como el lugar de la caída de los paracaídas (con cuyos cordajes podrían enredarse las ruedas), o de la etapa de propulsión y aterrizaje (cuyos tanques contenían aún una cantidad notable de combustible tóxico y corrosivo).
Pero antes de iniciar el pequeño viaje, el Curiosity debería todavía ensayar algunos instrumentos. El 18 de agosto, utilizó su láser en el instrumento ChemCam, golpeando con 30 pulsos una roca cercana del tamaño de un puño y bautizada como “Coronation”. El láser actuó a lo largo de 10 segundos, con una potencia de más 1 millón de vatios para cada brevísimo pulso, lo que excitó los átomos de la roca y creó una nubecilla de plasma ionizado, que la cámara ChemCam pudo analizar para conocer su composición a distancia. Los espectros obtenidos se estudiarán en la Tierra.
El siguiente objetivo sería probar el brazo robótico. El día 20 de agosto se enviaron las órdenes pertinentes y el citado brazo, de 2,1 metros de largo, efectuó varios movimientos, posicionando de diversas formas a su conjunto de instrumentos situado en el extremo (cámara, perforadora, espectrómetro, etc.). La operación permitió comprobar el buen funcionamiento de los motores y de las articulaciones, esenciales para estudiar futuros objetos.
Otros instrumentos han estado tomando información de forma constante, como la estación meteorológica española. Por desgracia, uno de sus componentes, uno de los dos sistemas utilizados para medir la velocidad del viento, parece haberse dañado durante el aterrizaje, probablemente debido a la lluvia de piedrecitas levantada por la maniobra, que debieron estropear un circuito impreso expuesto. El aparato aún puede medir la velocidad del viento, aunque con menos flexibilidad (será más difícil detectar la dirección). Por otro lado, la estación ha continuado enviando con éxito lecturas de temperatura del aire (de -2 a -50 grados C) y presión atmosférica. El instrumento ruso para medir la humedad en el primer metro de suelo (lanzando neutrones hacia éste) también está operando satisfactoriamente.
La operación más esperada, no obstante, ha sido sin duda el primer movimiento del robot sobre el suelo marciano. El Curiosity abandonó su posición de aterrizaje (bautizada como Bradbury Landing, en honor al famoso escritor) el día 22, y se movió hacia adelante, hacia un lado y dio la vuelta. El robot quedó a unos 6 metros del punto inicial, y demostró que sus ruedas giran perfectamente. Las cámaras permitieron observar las huellas de la maniobra.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=JEhFinlRMBM&feature=player_embedded[/youtube]