Lanzado el CBERS-3 y la Chang'e-3 llega a la LunaASTRONÁUTICA(Foto: INPE)
La colaboración CBERS entre China y Brasil sigue adelante, pero sufrió un revés. El 9 de diciembre un cohete CZ-4B envió al espacio al tercer vehículo de esta familia dedicada a la observación de la Tierra.
El CBERS-3 (o Zi Yuan-1D), de 2.100 Kg, despegó desde Taiyuan a las 03:26 UTC, en dirección a una órbita heliosincrónica, a unos 800 Km de altitud. A diferencia de los dos anteriores vuelos de la serie, en esta ocasión Brasil participaba activamente con un 50 por ciento. Los resultados que se obtendrían serían gestionados por el instituto brasileño INPE y la organización china CRESDA.
Construido en China por la CAST, el satélite transportaba instrumentos mejorados, consistentes en cuatro tipos de cámaras (pancromática, multiespectral, infrarroja y de ancho campo). El acuerdo para su puesta en marcha data de 2002, y se esperaba un primer lanzamiento para 2008, pero se había retrasado hasta ahora.
Sin embargo, después de unos minutos de espera, las autoridades anunciaron que el cohete CZ-4B no había logrado inyectar a su carga en la órbita prevista, y que el vehículo se había perdido.
Al mismo tiempo, China anunciaba la exitosa llegada de su sonda Chang’e-3 a la órbita lunar. Después de un viaje de cinco días, el vehículo accionó su motor el 6 de diciembre (09:53 UTC), durante 6 minutos, frenando su marcha y cayendo en manos de la gravedad lunar. La órbita alcanzada, a unos 100 Km de altitud, será modificada durante los próximos días, y se espera que el vehículo intente alunizar el próximo día 14. Si lo logra, permitirá el descenso de un robot de 140 Kg que evolucionará sobre la superficie del satélite.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=iEWXzBkHfcc[/youtube]
Electrodo de batería que se autorreparaINGENIERÍAPrototipo de pila de ión-litio hecha en la Universidad de Stanford. La batería contiene un electrodo de silicio protegido por un recubrimiento de un polímero con capacidad de autorreparación. (Foto: Brad Plummer / SLAC)
Unos investigadores han creado el primer electrodo de batería capaz de autorrepararse, abriendo así un prometedor camino hacia el desarrollo de una nueva generación de baterías de ión-litio, comercialmente viables, para automóviles eléctricos, teléfonos móviles y otros dispositivos.
El secreto está en un polímero elástico que recubre el electrodo, lo mantiene sujeto de una pieza y espontáneamente repara las pequeñas fisuras que se generan en el electrodo durante el funcionamiento de la batería.
Este singular polímero lo desarrolló Chao Wang de la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos, en el laboratorio que dirige en dicha universidad la ingeniera química Zhenan Bao.
La investigación realizada ahora por Wang, Bao y sus colegas de la citada universidad y del Laboratorio del Acelerador Nacional SLAC, en Menlo Park, California, ha demostrado que los electrodos de silicio probados en los experimentos duraron 10 veces más tiempo cuando estaban recubiertos con el polímero de autorreparación, el cual reparaba cualquier fisura en unas pocas horas.
La capacidad actual que el nuevo sistema tiene para almacenar energía está ya en el rango práctico, pero los científicos creen que se puede aumentar mucho más.
Lograr un electrodo de larga vida para las nuevas y ambiciosas baterías de ión-litio es fundamental para que éstas sean de utilidad verdaderamente práctica.
Investigadores de todas partes del mundo trabajan para encontrar lo antes posible formas de almacenar más energía en los electrodos negativos de las baterías de ión-litio, y para lograr una mayor eficiencia al tiempo que un menor peso. Uno de los materiales para electrodo más prometedores es el silicio; tiene una gran capacidad para absorber iones de litio desde el fluido de la batería durante la carga y luego para liberarlos cuando la batería comienza a trabajar suministrando electricidad.
Pero esta gran capacidad tiene un precio: Los electrodos de silicio se dilatan hasta tres veces su tamaño normal y luego se encogen en la misma proporción cada vez que la batería se carga y se descarga, por lo que no pasa mucho tiempo hasta que el quebradizo material se agrieta y fragmenta, lo que reduce la eficiencia de la batería hasta volverla inservible. Éste es un problema que afecta de forma acuciante a todos los electrodos en baterías de gran capacidad de la gama citada y otras.
Dotar al electrodo de una capacidad de autorreparación es una solución prometedora. En el nuevo sistema ensayado, los científicos deliberadamente debilitaron algunos de los enlaces químicos dentro del polímero. El material resultante se rompe fácilmente, pero los extremos rotos son químicamente atraídos el uno al otro y así rápidamente se unen otra vez, recomponiendo asimismo al silicio que recubren, e imitando en algunos aspectos el proceso que les permite reensamblarse a moléculas biológicas como la de ADN.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Yi Cui, Zheng Chen y Matthew T. McDowell, de la Universidad de Stanford, así como Hui Wu, ahora en la Universidad Tsinghua en China.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=ZwacIv63XcE[/youtube]