Insólita acumulación de oro en las hojas de algunos árbolesQUÍMICAAnálisis especializados permiten detectar, en las hojas de árboles, trazas de elementos minerales, incluyendo oro y manganeso. En esta imagen, se resalta el manganeso. (Foto: CSIRO)
Algunos árboles en la región de Kalgoorlie de Australia Occidental, concretamente eucaliptos, están atrapando partículas de oro desde el subsuelo mediante sus raíces y las suben hasta sus hojas y ramas, donde quedan depositadas.
El descubrimiento lo ha hecho el equipo del geoquímico Mel Lintern, de la CSIRO (por las siglas del inglés "Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation") de Australia.
El eucalipto actúa como una bomba hidráulica. Sus raíces se extienden hasta decenas de metros bajo tierra y bombean el agua que contiene el oro. Puesto que el oro succionado seguramente resulta tóxico para la planta, en vez de retenerlo en su interior, el vegetal lo expulsa hacia las ramas y finalmente a la superficie de las hojas donde se acumula y luego puede desprenderse.
El descubrimiento difícilmente iniciará una nueva "fiebre del oro", ya que las "pepitas" ofrecidas por los eucaliptos tienen un diámetro que equivale a la quinta parte del grosor de un cabello humano. Sin embargo, los autores del hallazgo sí creen que las hojas podrían ser usadas en combinación con otras herramientas como una técnica de exploración más barata y más respetuosa con el medio ambiente para buscar yacimientos de oro en el subsuelo, puesto que las hojas de estos árboles o la parcela de suelo justo bajo sus ramas podrían indicar, con la sutil presencia mayor de lo normal de las diminutas partículas de oro, que hay yacimientos de oro a unas decenas de metros bajo tierra.
Tomando muestras de la vegetación de un sitio, y analizándolas en busca de trazas de minerales, es factible formarse una idea bastante precisa e inequívoca sobre lo que está ocurriendo en el subsuelo sin la necesidad de perforar el terreno. Es una forma de buscar minerales más selectiva con menor costo económico y medioambiental.
Los eucaliptos son tan comunes en Australia y en otros países, que esta técnica podría ser aplicada ampliamente en muchas zonas. Quizá también se la pueda utilizar para buscar otros metales, como por ejemplo zinc y cobre.
Utilizando un detector en el Sincrotrón Australiano, de la CSIRO, el equipo de investigación pudo localizar y ver oro en las hojas de eucalipto. El sincrotrón produjo imágenes que delatan la presencia del oro, que de otra forma habría sido imposible de detectar.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Mp4Umeduhuw[/youtube]
Robot volador resistente a las colisionesROBÓTICAEl robot Gimball en pleno vuelo. (Foto: EPFL)
Gimball es un pequeño y ligero robot esférico aéreo que, al igual que los insectos voladores, no sufre destrozos ni se estrella contra el suelo por el mero hecho de colisionar contra un obstáculo. El objetivo del equipo de Adrien Briod y Przemyslaw Mariusz Kornatowski, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza, fue desarrollar una máquina que pueda operar en ambientes extremadamente caóticos sin temer a que su integridad penda del hilo de detectar cada obstáculo y esquivarlo a tiempo.
Gimball choca y rebota contra obstáculos sin problema, ya que no necesita evitarlos a toda costa. Su velocidad de vuelo y su sistema de protección le garantizan no sufrir daños en estos impactos. Este robot esférico de 34 centímetros de diámetro, y sólo 370 gramos de peso, vuela en el más impredecible y caótico entorno, sin la necesidad imperiosa de sistemas sofisticados de detección de obstáculos.
Esta resistencia a los daños, inspirada en los insectos, es lo que le distingue de otros robots voladores. Gimball está protegido por una jaula esférica y elástica que absorbe la fuerza de los golpes, evitando así que las colisiones liberen su fuerza destructiva en las estructuras sensibles del robot. Gimball mantiene su equilibrio mediante un sistema de estabilización giroscópica. Cuando fue probado en un bosque de Lausana, Suiza, se comportó brillantemente, topando de un tronco de árbol a otro, pero sin sufrir daños y además manteniendo su rumbo.
Accionado por un sistema especial de hélice y dirigido por alerones, Gimball puede mantener el rumbo aunque sufra múltiples colisiones. Su estabilidad en el aire recuerda a la de un helicóptero. A diferencia de otros robots voladores, no se precipita al suelo cuando choca con algo mientras vuela. Un componente clave para darle esta habilidad fue el sistema de estabilización giroscópica que consta de un anillo doble de fibra de carbono que mantiene al robot orientado verticalmente, mientras que la jaula absorbe la fuerza de los golpes.
La mayoría de los robots se desplazan utilizando una compleja red de sensores que les permiten evitar obstáculos al reconstruir digitalmente en su CPU el entorno que les rodea. Es un método que funciona, pero el inconveniente es que los sensores son pesados y frágiles. Y no pueden operar en ciertas condiciones, por ejemplo, si el ambiente está lleno de humo.
Gimball en cambio está preparado para enfrentarse a los más difíciles espacios aéreos. Ese fue el objetivo de sus diseñadores, diseñar un robot capaz de operar allá donde otros robots no pueden, como por ejemplo dentro de un edificio en ruinas tras un terremoto. La cámara que el robot lleva a bordo puede proporcionar al personal de emergencia información valiosa de sitios en los que entrar sería muy difícil o demasiado peligroso.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=TIpqxsVDgVs[/youtube]