El Infiniti Q50, presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, estrena la nueva nomenclatura para la futura gama de vehículos de la compañía. De ahora en adelante, la letra Q corresponderá a berlinas, coupés y descapotables, mientras que los todoterrenos tendrán las siglas QX.
El nuevo modelo de Infiniti estrena el motor diésel de 2.2 litros y cuatro cilindros, con una potencia de 170 caballos y unas emisiones de CO2 de menos de 115 gramos por kilómetro recorrido, gracias a un consumo de 4,4 litros a los cien kilómetros.
El coche, de tracción trasera y con transmisión manual o automática, acelera de cero a 100 kilómetros por hora en menos de nueve segundos con la nueva motorización diésel.
El Q50 cuenta con una variante híbrida, con un motor de combustión de 3.5 litros y otro eléctrico, que suman una potencia de 364 caballos. En este caso, el consumo es de 3,5 litros a los cien kilómetros y las emisiones se sitúan en 145 gramos de CO2 por kilómetro.
En la versión híbrida, que se combina con tracción trasera o a las cuatro ruedas y con una transmisión manual, el Infiniti Q50 acelera de cero a 100 kilómetros por hora en 5,5 segundos.
El coche dispone del sistema para el control electrónico de la dirección (Direct Adaptive Steering), advertencia de mantenimiento del carril o dos pantallas táctiles. Además, cuenta con un asiento con soporte para la columna vertebral inspirado en investigaciones de la NASA sobre campos de gravedad cero.