Sus primeros comentarios no han apuntado a temas como la aceleración o el comportamiento en curva, sino a la posición del asiento del conductor, que, en su opinión, debería ser más baja. Este intercambio de tecnología y experiencia se intensificará en el futuro, ahora que Vettel comienza a participar en el desarrollo de nuevos modelos desde el inicio del proceso. Algo que sucedió con el crossover Q30, al que ya se aplicarán las sugerencias del piloto alemán en términos de chasis, de rendimiento del motor e incluso en el diseño de interiores.
Algunos de los aspectos que se han trasladado desde la F1 son, por ejemplo, el material de magnesio en las levas para cambiar de marcha que Infiniti utiliza en sus modelos de producción en serie, y también el uso de fibra de carbono, algo que se hace claramente visible en este Q50 Eau Rouge: en los paragolpes delantero y trasero, en los retrovisores exteriores, en el techo y faldones laterales. Detalles necesarios para que no supere el peso de la versión híbrida, el objetivo que se marcó la marca japonesa, de 1.826 kg.
Pero estos no son los únicos cambios del 'concept' que hemos probado en Inglaterra y del que los ingenieros de Infiniti dicen que únicamente mantiene las puertas y los pilares delanteros en relación al modelo de producción en serie. Las vías delanteras y traseras, así como la anchura total de la carrocería se ampliaron 2 cm, al igual que los pasos de rueda. Hay nuevos conductos de aire en la zona del parachoques delantero para la refrigeración de los freno, además de entradas aire en el capó para enfriar el motor, un deflector de aire en el portón trasero para aumentar la presión del aire hacia abajo, unos tubos de escape de diseño exclusivo, aplicaciones en cromado oscuro en diversos puntos y, por supuesto, el tono rojo exclusivo de la carrocería que juega con el nombre Eau Rouge. Una denominación que se toma de una de las secuencias de curvas más famosas y rápidas (izquierda-derecha-izquierda) de la F1 en el circuito de Spa-Francorchamps, del que Niki Lauda solía decir que permitía "distinguir los hombres de los muchachos...". Hecha a fondo a bordo de un F1 es posible llegar a 320 km/h, con unos cambios de dirección que comprimen la suspensión del monoplaza y el cuerpo de su piloto hasta cerca de los límites tolerables, como Sebastian Vettel bien sabe. El piloto alemán la define como "una de las zonas más emocionante de conducir en todos los circuitos del Mundial de F1... la velocidad pura, la compresión inicial, las fuerzas G laterales y el ápice "ciego" generan una adrenalina increíble y una sensación fantástica".
En el chasis del Q50 Eau Rouge hubo necesidad de hacer algunas mejoras: hay amortiguadores de alto rendimiento, la altura de la carrocería al suelo se ha reducido hasta los 2 cm, se han aplicado frenos de Brembo dentro de las llantas especiales de 20" (17" en el coche de serie) envueltas en neumáticos Dunlop SP Sport Maxx GT 600. Este deportivo, una de las estrellas del salón de Detroit el pasado enero, nació con objetivos muy ambiciosos en cuanto a prestaciones, con lo que el motor más adecuado para servirle sería, por supuesto, el V6 biturbo que funciona de maravilla bajo el capó del Nissan GT-R. Aquí trabaja asociado con la transmisión automática de 7 velocidades del Infiniti Q70, montada justo detrás. Los 560 caballos de potencia y los 600 Nm extraídos del bloque de 3.8 litros son suficientes para llevar el Eau Rouge hasta muy cerca de los 300 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en unos 4 segundos.
Antes de que nos hayamos instalado en el Eau Rouge Q50, Gerry Hardcastle, director de integración de altas prestaciones en Infiniti, nos explica algunos de los desafíos que tuvo que superar para alcanzar esta configuración final. "El motor del GT-R tiene un turbo en cada banco de cilindros y necesita de dos refrigeradores de aceite, un intercambiador de aire y de un radiador de alto rendimiento que, en conjunto, ocupan mucho espacio. Primero pensamos en usar la configuración de transeje (motor delantero y transmisión en el eje trasero para contribuir a un mejor reparto de masas), pero esta opción fue abandonada porque era vital no comprometer la habitabilidad trasera, un valor sagrado en un Infiniti ". Antes de pulsar el botón de encendido, una última advertencia: "Ten en cuenta que la dirección no es final y la asistencia deja mucho que desear." Es normal que un prototipo esté lejos de ser un coche final y la distancia entre el ensayo sobre ruedas y el vehículo terminado es más grande cuanto más deportivas sean sus ambiciones. Aun así, no estamos acostumbrados a que nos dejen un concept-car en una pista de pruebas sin mayores restricciones o supervisión. Un buen augurio, sin duda.
En la primera recta se muestran las credenciales de las prestaciones del Eau Rouge que para los que conocen el GT-R no son una sorpresa. Es evidente que el motor necesita asistir a algunas "lecciones de canto" para que suene más agresivo, más poderoso y amenazante, siendo poco más que ruidoso en esta etapa del proyecto.